Bilbao - Los medicamentos para dejar de fumar financiados por la sanidad pública aún no están disponibles en las farmacias de Bizkaia. En teoría, desde el pasado día 1 debían estar al alcance del público tanto el bupropion como la vareniclina (registrada con el nombre de Champix), dos medicamentos para dejar de fumar tras los últimos acuerdos alcanzados en la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, ayer sólo había disponible cajas de Champix de un miligramo y 112 comprimidos a su precio habitual, 182,28 euros, el formato que no financia Sanidad y único que comercializan las distribuidoras que operan en Bizkaia.

Según fuentes del sector consultadas, los otros medicamentos aún no tienen el cupón precinto diferenciado que determina que un fármaco está incluido en la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. Cofares, la principal distribuidora del territorio, tiene estos medicamentos en "faltas". Por el momento, desde el sector desconocen cuándo se resolverá el problema.

El Ministerio recordó ayer que, para que la prescripción de estos medicamentos se pueda llevar a cabo, es necesario que las comunidades autónomas, el Ingesa y las mutualidades, en sus respectivos ámbitos de competencias, elaboren, desarrollen, implementen o adapten un programa de apoyo individual y grupal de deshabituación tabáquica en el que se definan aspectos, como por ejemplo, el personal sanitario implicado o la estrategia de intervención.

En cualquier caso, la prescripción de estos tratamientos se producirá a través la receta electrónica para pacientes que estén incluidos en ese programa de apoyo y además cumplan los criterios establecidos: tener motivación expresa de dejar de fumar constatable con al menos un intento en el último año, fumar diez cigarrillos o más al día y tener un alto nivel de dependencia, calificado por el test de Fagerström igual o mayor que 7.

Cada prescripción se realizará por un envase, lo que equivale a un mes de tratamiento. Tras ello, el médico, en el marco del seguimiento del programa de deshabituación tabáquica, valorará la evolución de la efectividad del tratamiento con carácter previo a la emisión de la siguiente receta. El tratamiento completo tiene una duración que oscila entre nueve y doce semanas y el SNS financiará un intento anual por paciente para dejar de fumar. Con esta medida, las autoridades sanitarias calculan que se pueden beneficiar alrededor de 83.800 personas, con un impacto estimado de 7,9 millones de euros en el primer año.

Desde diciembre de 2017, en los centros de salud de Nafarroa se prescriben de nuevo tres tipos de fármacos de ayuda para dejar de fumar: los parches de nicotina, el bupropion y la vareniclina. Según el Departamento de Salud de la comunidad foral, el 35% de las 6.139 personas que se beneficiaron en 2018 del programa de ayudas para dejar de fumar logró desengancharse.

Pero no todo el mundo está de acuerdo con que se subvencionen estos fármacos. Ayer, la presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores, envió una carta a la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, para reprocharle la financiación de estos fármacos debido a los "efectos adversos" que provocan. "Es vergonzoso que, a sabiendas de los efectos adversos que estos fármacos tienen, se den como buenos para agrandar más si cabe los beneficios de la farmacéuticas que los fabrican. La lógica y el sentido común es que se obligue a los fabricantes a quitar la porquería del tabaco".