BILBAO. Durante la jornada se ha dado a conocer la campaña #DaleLaVuelta, puesta en marcha por el Movimiento ASPACE, que pretende visibilizar las situaciones de vulneración de derechos de las personas con parálisis cerebral y con grandes necesidades de apoyo, y lograr que la sociedad empatice con esta realidad.

A través de diferentes vídeos realizados con un toque de ironía y humor, #DaleLaVuelta trata de acercar a la sociedad ocho situaciones reales en los que se ha dado la vuelta a la realidad y son las personas que no tienen parálisis cerebral las que ven vulnerados sus derechos.

En concreto, la campaña se centra en el reclamo de derechos como la igualdad y la no discriminación, el empleo digno y la inclusión laboral, la accesibilidad física y cognitiva en todos los aspectos de la vida cotidiana, así como las herramientas técnicas y sociales necesarias para llevar una vida autónoma e independiente con capacidad de decisión.

ACTIVIDADES EN EL ARENAL DE BILBAO

Asimismo, Aspace Bizkaia ha desarrollado una serie de actividades en El Arenal. Tras la lectura del manifiesto a favor de los derechos de las personas con parálisis cerebral, más de 100 personas con parálisis cerebral han bailado un flashmob, junto con trabajadoras y trabajadores, familiares y amigas y amigos de Aspace Bizkaia. Además de la música en directo del grupo Zulo Beltz, se han colocado dos árboles de los derechos, para que las personas allí presentes puedan colocar su mensaje a favor de los derechos de las personas con parálisis cerebral.

De la misma manera, durante la mañana se ha desarrollado una acción de movilización en redes sociales en la que se ha animado a la ciudadanía a subir una foto del revés con el hashtag #DaleLaVuelta y a la que se han sumado numerosos influencers.

En este sentido miembros de la Junta Directiva de Aspace Bizkaia ha recalcado “la importancia de jornadas como la hoy para hacer más visibles los derechos de las personas con parálisis cerebral”.

120.000 MUJERES Y HOMBRES ES EL ESTADO

Desde Aspace Bizkaia recalcan que en el conjunto del Estado viven 120.000 mujeres y hombres con parálisis cerebral que ven cómo sus derechos no se respetan del mismo modo que los del resto de la ciudadanía. De hecho, afirman que esto ocurre porque viven con una pluridiscapacidad que les condiciona a nivel físico, cognitivo, sensorial y emocional.

Además, el 80% de las personas que viven con parálisis cerebral y otras discapacidades afines tienen grandes necesidades de apoyo. Y desde la entidad insisten en que se enfrentan a un entorno que les excluye porque sus necesidades no son tenidas en cuenta. Así, la discriminación hacia las personas con parálisis cerebral tiene dos caras: primero por su pluridiscapacidad no comprendida y, en segundo lugar, por precisar grandes necesidades de apoyo que no son atendidas.

De hecho, la gran mayoría considera que sus derechos no tienen la misma consideración que los del resto de la ciudadanía. Y muchas de ellas aportan testimonios de situaciones en las que sus derechos no han sido respetados. Entre los derechos más vulnerados destacan la discriminación social arbitraria, la imposibilidad de participar en actividades culturales y de ocio, la falta de apoyo en entornos educativos ordinarios, la falta de accesibilidad universal, las dificultades de movilidad y la invasión de su intimidad personal.

Por otra parte, destaca la situación de especial vulnerabilidad de la mujer con parálisis cerebral ya que, del total de las discriminaciones manifestadas, dos terceras partes han sido evidenciadas por mujeres. La sobreprotección hacia la mujer y los prejuicios sociales impiden que ellas formen parte de programas vinculados a la autonomía y la vida independiente, menguando así su participación activa en la sociedad.

REIVINDICACIONES PRINCIPALES

Y es que, de acuerdo con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, el Movimiento ASPACE reclama en su manifiesto garantizar una atención interdisciplinar y universal a la parálisis cerebral a lo largo del desarrollo vital de las personas; establecer sistemas de coordinación entre los servicios sanitarios y los de atención social; realizar investigaciones sociales para establecer la dimensión de las necesidades del colectivo y facilitar recursos de atención suficientes financiados de forma adecuada en todas las Comunidades Autónomas; promover el acompañamiento social para la toma de decisiones y la curatela como alternativas a las incapacitaciones judiciales y ofrecer una especial protección a la mujer con parálisis cerebral, que se enfrenta a las situaciones de vulneración más graves, como las esterilizaciones forzosas, la violencia de género o la intromisión en su vida íntima.