lA sociedad necesita que los ciudadanos empaticen más entre sí. Es necesario que la concienciación de las diversas realidades que viven las personas esté siempre presente. Por eso, aprovechando que Bilbao se encuentra inmersa en la Semana Europea de la Movilidad, Fekoor y Once organizaron ayer en El Arenal dos circuitos para mostrar las dificultades con las que se encuentran las personas con discapacidad intelectual y orgánica y las personas invidentes en su día a día.

En el primer circuito los ciudadanos tuvieron que recorrer unos pocos metros en una silla de ruedas esquivando diversos obstáculos: una mesa, baldosas, ladrillos, un escalón.. Y, según iban avanzando, el recorrido se complicaba más. “Ahora parece un juego, pero estar todo el día tirando de la silla de ruedas... no tiene que ser nada agradable”, aseguró el concejal delegado del área de Movilidad y Sostenibilidad, Álvaro Pérez, tras finalizar el circuito. “Yo ahora tengo las manos bien”, expresó; pero, sin duda, las personas que se tengan que desplazar por obligación en una silla de ruedas “terminarán agotadas al final del día”. Como Pérez, fueron muchos los bilbainos que no dudaron en ponerse, por unos instantes, en la vida de muchos ciudadanos de la capital vizcaina. “Como sociedad tenemos un reto para hacer accesibles todos los entornos y que todos sean inclusivos, porque la movilidad tiene que ser inclusiva para todas las personas. Y, además, la accesibilidad lo que genera es igualdad de oportunidades para todas las personas”, aseguró ayer Raúl Agirre, miembro de la asociación Fekoor.

En la misma línea, con circuitos como el que ayer se instaló en El Arenal, la ciudadanía pudo experimentar las dificultades con las que puede encontrarse por la villa cualquier persona. “Este es un reto que toda la sociedad tiene que sacar adelante. El objetivo, teniendo en cuenta además que tenemos una población muy envejecida y de que el colectivo de personas con movilidad reducida va a ser cada vez más numeroso, tenemos que tomar las medidas para que después podamos seguir participando y trabajando en igualdad de oportunidades para toda la sociedad”, aseguró Agirre.

El segundo de los circuitos consistió en vivir una experiencia sensorial. Introducidos en una carpa con un antifaz, los asistentes percibieron olores y sonidos para ser conscientes de la información que llega a través de otros sentidos. “Son los sentidos que las personas invidentes tienen que desarrollar para orientarse, desplazarse y poder desarrollar una rutina cotidiana”, explicó Ana Davila, responsable del departamento de Servicios Sociales de la ONCE. Con el túnel de los sentidos, tal y como aseguró Davila, “pretendemos sensibilizar y poner en situación a los ciudadanos y a las autoridades para que conozcan cuáles son las limitaciones que hoy por hoy continuamos teniendo las personas con discapacidad visual”. De la misma manera, cree que Bilbao es una ciudad que “está preparada” para las personas con problemas de visión. “Se está preparando y aún le queda margen de mejora”.

Por su parte, el edil delegado afirmó que creían importante que todos los agentes de la sociedad participaran en la Semana Europea de la Movilidad. “Hay realidades que existen a las que también hay que darles respuesta”, aseguró Pérez. “Esto es un ejemplo pequeño porque a lo largo de todo el año trabajamos con ellos. La accesibilidad la hemos incorporado dentro de los autobuses, con los semáforos auditivos, con las ordenanzas de aparcamiento, con los huertos urbanos para personas con discapacidad...”, recordó. “Realmente hay que tener una empatía de lo que te está ocurriendo... y no somos conscientes hasta que lo hacemos”, concluyó.