Bilbao - La basílica de Begoña se volvió a quedar ayer pequeña ante la llegada de miles de fieles que quisieron pedir sus deseos a la Amatxu.

A pesar de que la Cofradía de Begoña calculó que, aproximadamente, unas 150.000 personas visitarían el santuario de la Amatxu durante el día y medio, bien es cierto que ayer por la mañana se percibió una pequeña bajada de participación. Aún así, hubo muchas personas que acudieron andando desde diferentes puntos de Bizkaia siguiendo la tradición. Fue el caso de Isabel y José Ángel que no dudaron en emprender de madrugada el camino desde Zalla hasta Begoña. “Llevamos haciéndolo muchos años y llegamos sobre las 11.00 de la mañana aproximadamente para poder estar presentes en la misa mayor”, explicó esta pareja a DEIA a las puertas del templo de la Virgen de Begoña. Precisamente, la entrada a la basílica estaba colapsada a pesar de que el día se despertó con sirimiri, nublado y fresco.

En el porche del templo aguardaba un grupo de amigas que, tal y como contaron a DEIA, cumplen desde hace más de treinta años con la tradición. “Es algo que hacían nuestros padres y que nosotras hemos transformado un poco porque ellos según venían al templo se iban”, explicaron. Sin embargo, cada 15 de agosto, esta cuadrilla de Amorebieta acude a Begoña, “bien prontito”, sobre las 10.00 de la mañana, para pasar todo el día en las inmediaciones del templo de la Amatxu y coger sitio para la misa mayor. “Primero damos un paseo y vamos a misa de 12.00. Todos los años comemos en el mismo bar, que está muy cerca de Begoña, para estar todo el día por aquí”, aseguraron emocionadas. “Lo malo que tiene es que solamente es un día al año”, lamentaron.

Durante la mañana la lluvia respetó la tradicional subida a Begoña y en el interior de la basílica los abanicos fueron imprescindibles durante la misa mayor, oficiada por el obispo de Bilbao, Mario Iceta. La aglomeración de cientos de personas en su interior hizo que muchas personas no pararan de hacer un continuo movimiento de muñeca. “Menos mal que siempre tengo uno en el bolso porque si no, ya me habría mareado”, dijo Encarni a DEIA. Así mismo, como también es tradicional, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y concejales del PNV, PSE-EE Y PP, todos ellos portando la medalla de Bilbao, acudieron también a misa mayor, la más concurrida de todas las celebraciones.

Precisamente, en ella, a petición de la dirección del santuario, varios miembros de la Cofradía acompañaron con varales a quienes distribuyeron la comunión “para facilitar a los comulgantes la localización de los mismos”. De la misma manera, los cofrades se encargaron de que en esta misa se mantuviese despejada la escalinata central del presbiterio, para evitar aglomeraciones y facilitar el paso de sacerdotes y dantzaris, quienes bailaron delante de la Amatxu.

homilía de Iceta En su homilía, el obispo Iceta, destacó que “no hay amor más grande que el de una madre”. “Si pensamos en nuestras madres, nos damos cuenta de que nuestra personalidad ha sido delicadamente modelada, de modo particular, por ellas. Nuestras madres han dejado en nosotros una impronta profundísima y es que no hay amor más grande que el de ellas”. Iceta, además, tuvo un recuerdo para “la gente que lo pasa mal, gente y familias que no llegan a fin de mes, las personas ancianas que están solas, los enfermos y las personas inmigrantes que necesitan ser integradas entre nosotros”, todas ellas “personas que necesitan una palabra de consuelo”.

Todos los peregrinos que acudieron al templo vieron a la Virgen de Begoña revestida con el manto blanco que ha lucido durante toda la Novena y que desde el año pasado luce también el día de su fiesta canónica del 11 de octubre. La talla se reviste con el manto de terciopelo rojo en Pentecostés y con el manto azul, el día de la Inmaculada Concepción, en sintonía con la liturgia de cada uno de esos días. Sin embargo, habitualmente la Virgen se presenta en su talla gótica, con el profundo valor espiritual que ha acumulado la imagen a lo largo de tantos siglos de devoción. “Está muy guapa. Merece la pena aguantar tanto calor para ver una misa oficiada por el obispo y con la Virgen de Begoña de fondo en un día como hoy”, dijo a DEIA Mariasun, que no soltaba de la mano una estampa de la Virgen de Begoña.

450.000 estampas de la amatxu Precisamente, 30.000 estampas con la imagen de la Virgen de Begoña fueron repartidas de manera gratuita desde la tarde del miércoles hasta las 22.00 horas de ayer en los aledaños de la basílica de Begoña y en los puestos informativos de la Cofradía. Con el reparto de ayer, la Cofradía de Begoña ha alcanzado la cifra de 450.000 estampas repartidas en los últimos 23 años entre los devotos de la Amatxu.

Tras la misa mayor, dada su larga duración, la siguiente misa comenzó a las 13.30 horas y, tras ella, se celebró una cada hora desde las 17.00 a las 21.00 horas. Además, la basílica permaneció abierta toda la noche custodiada por cofrades de la Cofradía de Begoña, lo que dio la oportunidad a miles de fieles de contemplar y rezar a la Amatxu en silencio durante la madrugada, antes de la primera misa de las 4.00 horas. A partir de la 1.00 de la madrugada, dos cofrades de la Cofradía de Begoña leyeron textos, tanto en euskera como en castellano, de la Novena de la Asunción. Cada cuarto de hora, leyeron la parte correspondiente a un día de la Novena, hasta completar los nueve días a las 3.00 horas.