Getxo - Las galerías Punta Begoña, ubicadas en el muelle de Ereaga de Getxo, es uno de los edificios más destacados de principios del siglo XX de Bizkaia y Euskadi. Pese a su dilatada trayectoria, ayer se dio a conocer que cuentan con un nuevo valor añadido, puesto que su historia se remonta mucho más atrás como demuestra el descubrimiento de un yacimiento prehistórico de hace 5.000 años. La campaña arqueológica que se lleva a cabo para restaurar el conjunto monumental y ponerlo en valor propició el hallazgo, constatado gracias al estudio de restos de cerámica, sílex y carbón vegetal de hace 5.000 años, correspondientes a la última etapa del Neolítico y los estados más iniciales del Calcolítico.

Según destacaron investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que llevan a cabo el proceso de restauración de las galerías, este hallazgo permitirá “aportar nuevos datos sobre uno de los periodos menos conocidos de la historia en Euskadi”. En este sentido, el descubrimiento de este yacimiento, situado sobre el terreno de lo que en su día fue el jardín de la casa del industrial Horacio Echevarrieta, -quien encargó en 1918 la construcción de las galerías al arquitecto Ricardo Bastida-, supuso una “sorpresa” para el equipo investigador, debido a que apenas hay testimonios de este tipo en Euskadi, y particularmente en áreas de litoral.

Para corroborar la magnitud del hallazgo se llevaron a cabo análisis de termoluminiscencia y de carbono 14 para la datación de los restos encontrados, fragmentos muy pequeños de cerámica, sílex y restos de carbón vegetal.

Según explicaron los investigadores, en ese periodo final del Neolítico o inicial del Calcolítico “comienzan a darse los pasos hacia una estructura social más compleja y a generalizarse asentamientos al aire libre que, por su naturaleza, tienen dificultades de conservación, especialmente en una zona tan densamente edificada como esta zona de la costa de Bizkaia y en pleno casco urbano del municipio de Getxo”.

Sobre esta línea, la fragilidad de los restos y su volatilidad obligan a los investigadores a proteger y tapar el yacimiento para garantizar el mantenimiento de los mismos hasta que las condiciones meteorológicas permitan trabajar sobre él con garantías. Los sondeos efectuados por los arqueólogos del Grupo de Investigación en Patrimonio Construido (GPAC) el pasado año avanzan la presencia de evidencias que informan sobre la actividad que pudo tener este lugar por aquel entonces.

En este sentido, la integrante del GPAC y de la Cátedra Unesco de Paisajes Culturales y Patrimonio de la UPV/EHU, María Peraita, señala que los restos recuperados “no son espectaculares a la vista”, pero “serán muy útiles para aportar datos sobre nuestra historia y formas de vida”. Asimismo, Peraita apuntó que para el hallazgo del yacimiento fue determinante la rigurosidad del proceso de recuperación y puesta en valor de las galerías Punta Begoña que se lleva a cabo. “Podemos hablar de un caso de extraordinaria fortuna, ya que, de haberse seguido un proceso de restauración al uso en las galerías, casi con total seguridad, el yacimiento habría sido destruido”, desveló la investigadora.

El siguiente paso que deberán dar los arqueólogos se centrará en recabar datos sobre una etapa “poco conocida de la historia de Euskadi”. Para ello se llevará a cabo una campaña de excavación en la que se primarán sus valores didácticos y que, al igual que se ha hecho con el resto del monumento, estará abierta al público para que se pueda conocer el proceso de la excavación y sus conclusiones. De este manera, ya está puesta en marcha una campaña de prácticas académicas en la excavación dirigida a alumnado universitario del grado de Historia de la UPV/EHU, con la que contribuir a su formación integral, además de al impulso de la empleabilidad de estos futuros profesionales.

Historia Un desprendimiento de rocas motivó la decisión de la construcción de las galerías, pero en lugar de edificar un simple muro de contención, Echevarrieta apostó por levantar allí un edificio en una ubicación privilegiada junto a la única entrada hacia Bilbao por la ría. Tres años después del encargo, en 1921, las galerías Punta Begoña fueron ya una realidad. Un espacio de ocio, de observación y de representación para ser observado. Y es que un muro de piedra de tres o cuatro metros de altura hubiera sido suficiente para resolver el problema de los desprendimientos, pero Horacio Echevarrieta quería además dominar visualmente las minas de hierro de Ezkerraldea, que eran de su propiedad; la mar, por donde salían los barcos de su naviera, y todo Neguri, donde entonces empezaban a florecer los palacetes de las grandes fortunas vizcainas, beneficiadas por la revolución industrial.

Hoy en día, las galerías están en proceso de restauración tras quedar degradadas por haber estado abandonadas, por el paso del tiempo y por la ausencia de mantenimiento. Un proceso de restauración que persigue poner en valor su patrimonio y que motivó la puesta en marcha del proyecto Puesta en Valor de las Galerías Punta Begoña. Este plan se puso en marcha en 2013, con la primera fase, realizada entre 2013 y 2015, en la que los investigadores trataron de verificar la estabilidad del edificio y detectar las causas de su deterioro. En la segunda fase, de 2016 a 2018, se instauró un sistema de planificación, gestión y control de las intervenciones, al mismo tiempo que comenzó un proceso de divulgación a la ciudadanía a través de visitas guiadas de los conocimientos adquiridos. Este verano, una excavación arqueológica otorgará un nuevo valor añadido a este conjunto monumental getxotarra.