Bilbao - Ha sido una exigencia histórica: los turistas suelen quejarse de que no es sencillo llegar a los rincones más conocidos del territorio por carretera por la falta de indicaciones. Ahora, la Diputación ha decidido dar un paso adelante e impulsar la instalación de paneles turísticos en la red viaria que guíen a los visitantes a los principales atractivos del territorio. Lo hará en una nueva red, compuesta por diez corredores turísticos, que permitirán a los visitantes no solo acceder de forma más sencilla a esos iconos de la geografía vizcaina, desde San Juan de Gaztelugatxe al parque natural de Urkiola, pasando por el nacimiento del Nervión o el flysch de Uribe Kosta, sino también descubrir a su paso otras joyas que son menos conocidas.

La señalización de los recursos turísticos en las carreteras ha sido en los últimos años uno de los aspectos a mejorar que demandan los visitantes del territorio. Pese a estar puntuada con un 7,76 en las encuestas de satisfacción, el departamento foral de Desarrollo Económico y Territorial ha tenido este ámbito siempre entre sus áreas de mejora. El objetivo es facilitar a los visitantes que se trasladan en coche por sí mismos la llegada a los espacios más turísticos, siempre partiendo de la base de las restricciones que establece la propia normativa de carreteras y de una selección de los recursos más significativos, ya que desde el propio departamento se admite que no se pueden colocar carteles de todos ellos.

Para ello, el consejo de gobierno de la Diputación acaba de aprobar unas ayudas de 400.000 euros para que aquellos ayuntamientos, agencias de desarrollo o asociaciones con fines turísticos que gestionen recursos, entre otros, puedan instalar en las carreteras del territorio carteles indicativos de su ubicación. Las subvenciones serán de hasta 80.000 euros para los diez recursos que se han considerado prioritarios y 25.000 para el resto. La convocatoria de ayudas está abierta hasta finales de junio, por lo que los primeros carteles podrían colocarse el próximo otoño.

Con la instalación de esas señales, se pretende que los visitantes conozcan todo el potencial turístico que tiene el territorio, distribuyendo también así los flujos de turistas para generar un modelo más sostenible que no se concentre únicamente en determinados espacios y zonas. Para ello, en una actuación conjunta entre los departamentos de Desarrollo Económico y Territorial -que incluye las áreas de carreteras y turismo-, Cultura, y Sostenibilidad y Medio Natural, se ha elaborado un inventario que incluye 93 recursos de interés cultural, medioambiental y de ocio de todas las comarcas, como la colegiata de Zenarruza, la Torre Loizaga, el Museo del Pescador, el puerto pesquero de Elantxobe, diferentes playas, el castillo de Butrón, la vía verde de Arrazola y los cascos históricos de municipios como Lanestosa, Markina, Larrabetzu, Markina, Ondarroa, Durango o Balmaseda.

Cabeceras Entre ellos, se han elegido diez prioritarios, que sirvan de cabecera para desarrollar esos corredores turísticos: el Museo Guggenheim de Bilbao, el Puente Bizkaia, San Juan de Gaztelugatxe, la reserva de la biosfera de Urdaibai, el faro de Santa Katalina y Lekeitio, la cueva de Pozalagua, el flysch de la costa de Uribe y Getxo, los parques naturales de Gorbeia y Urkiola, y el salto del Nervión. La idea es que, a través de los corredores que conducen a estos recursos turísticos, el visitante pueda ir descubriendo otros rincones de interés, debidamente señalizando desde su ubicación hasta puntos de la red de alta capacidad, que es por donde discurren los tráfico de largo recorrido de otros territorios. Esto es, que un conductor visualice un recurso de alto valor promocional en primer lugar y descubra el resto en el camino hasta llegar hasta él.

El objetivo es mejorar el acceso al destino y la experiencia del visitante, poner en valor los diferentes recursos turísticos de Bizkaia, impulsar la distribución de los flujos y reforzar el desarrollo económico del territorio de manera equilibrada.

A la hora de colocar los carteles, se deberán tener en cuenta las normativas que a este respecto existen, por ejemplo evitándose en puntos que resten visibilidad a la carretera. Los carteles se colocarán principalmente en lugares de fácil y rápida identificación, como cruces e intersecciones y no como un destino a señalizar en propia carretera.

También se cuidarán su legibilidad y comprensión, con dimensiones adecuadas a la velocidad a la que se circula por la vía, por ejemplo, o limitando el número de destinos que aparecen en cada uno de ellos para facilitar su lectura. La información se mantendrá hasta el destino y todos los paneles tendrán una imagen homogénea, para que los conductores puedan identificarlos de forma rápida y para crear una imagen global de los recursos turísticos del territorio.