K. Doyle

Durango - Maestro de Educación Primaria, fue a raíz de su jubilación cuando comenzó a dedicarle más tiempo a su gran pasión: la pintura. Santos Okina, residente en Durango desde hace casi cuarenta años y nacido en Bergara, expone algunos de sus cuadros en el bar Napozt de la villa. “Tengo que reconocer que gustar siempre me ha gustado; pintar me supone siempre un desafío de querer plasmar lo que veo”, explica el artista a sus 71 años.

Jubilado desde hace once años, la pintura ocupa desde entonces gran parte de su tiempo libre. A la hora de crear sus cuadros, Santos, apasionado de los paisajes y los bodegones, acude in situ al lugar que, con paciencia y dedicación, quiere plasmar en sus lienzos. Reconociendo que “nunca termino en un día”, tras el primer esbozo, Santos perfecciona sus obras con cariño y mimo. “Siempre me gusta pintar en natural y volver al mismo sitio las veces que ha haga falta para completar mis diferentes cuadros”, afirma con naturalidad.

En la actualidad, numerosos rincones de Durangaldea son visitados a diario por el artista con el propósito fundamental de pintar sus paisajes. En este sentido, suelen ser habituales salidas a municipios de Durangaldea como Berriz, Abadiño, Zornotza o Garai, entre otros destinos. Asimismo, el norte de Araba y Burgos, con protagonismo especial para la zona de Medina de Pomar donde vive su hija, también suelen convertirse en lugares habituales que visita para elaborar sus cuadros.

Considera la zona del río de Sarria en Berriz como uno de sus rincones favoritos y descubrió la pasión por la pintura gracias a su tío Miguel Okina. Pintor profesional, con él completó sus primeras salidas para visitar innumerables parajes y fue entonces comenzó a interesarse realmente por este mundo. La compañía de su hermano también era habitual en aquellas primeras escapadas que le marcaron especialmente. “Empecé con mi tío que siempre ha sido mi referente. A sus 94 años ya no pinta pero gracias a él tengo está pasión por la pintura”, agradece.

En lo que a la exposición se refiere, está compuesta por una decena de cuadros pintados al óleo con protagonismo para los paisajes y bodegones. La muestra recoge diferentes espacios de Durangaldea, Araba, Burgos e incluso zonas como Laga. Y es que la llegada del buen tiempo se convierte en una gran oportunidad para acudir a la costa para pintar playas o acantilados. “Disfruto también de los paisajes de costa y lo bueno que aquí tenemos sitios espectaculares muy cerca de casa”, asegura con rotundidad.

A sus 71 años, el artista, que acaba de pintar un cuadro donde plasma el caserío Urasandi de Izurtza, agradece la oportunidad que brindan locales como el Napozt de Durango donde gente aficionada puede exponer sus trabajos y creaciones. “Por aquí pasa mucha gente y para uno siempre es bonito que vean lo que haces”, comenta con la experiencia que supone haber expuesto en la sala de exposiciones Ezkurdi, el Museo de Arte e Historia de Durango y Villarcayo. Además, el Ateneo de Medina de Pomar albergará su arte en el mes de septiembre. “Estoy dándole vueltas a ver que presento pero tengo claro que intentaré poner más cuadros de la zona de allí”, adelanta ilusionado.

Próximos retos Dedicándole una media de cuatro-cinco horas al día a la pintura, Santos cuenta con un estudio en el municipio donde guarda su medio centenar de cuadros. Preguntado por próximo retos, no descarta pintar algo más abstracto o hacer interpretación de cuadros clásicos. De momento, los interesados en presenciar algunos de sus trabajos podrán durante los próximos dos meses en el establecimiento durangarra. “Me apetece seguir disfrutando de la pintura”, zanja.