Bilbao - Lleva toda una vida dedicado a fijar un marco para promover mejores políticas públicas de apoyo a explotaciones gestionadas por familias, que producen, en valor, más del 80% de los alimentos del planeta. “Estamos logrando hacer un plan conjunto que comprometerá a organizaciones agrarias, a gobiernos y a organismos internacionales”, resumía.

La red está tejida y es consistente. ¿Qué falla entonces?

-La agricultura familiar es futuro, aunque hay que mejorar el modelo.

¿Por qué es futuro?

-Porque una familia vinculada al medio solo tiene ventajas. Cuando se explota la tierra o el ganado sin vínculo falla algo, y es la sostenibilidad.

De acuerdo, ¿pero qué falla?

-Esto es un proceso y las cosas no cambian de la noche a la mañana. La propia evolución del pensamiento no es tan rápida. Y todo esto hay que traducirlo en políticas...

Reclama acciones concretas.

-El propio agricultor tiene que creer que tiene futuro y que sus hijos pueden tener un buen futuro. Los gobiernos tienen que apostar por la agricultura familiar. Hay mucho por hacer.

Mucho por hacer en un mundo que pensábamos que era más sencillo...

-El gran problema de la agricultura es que no solo aporta producto. También medio ambiente, equilibrio territorial? y otras cosas que no se cuantifican y no se cobran. Y las políticas públicas tienen que atender a todo eso. El desarrollo de la agricultura familiar en el mundo trae también migraciones más ordenadas.

Dígame de qué forma, por favor.

-Si impulsáramos el desarrollo de la agricultura familiar en África, estaríamos solucionando problemas en origen y evitando problemas en destino. Pero para eso hacen falta decisiones políticas de gran calado. Y acuerdos internacionales valientes. Eso es lo que nosotros propugnamos y queremos impulsar durante este próximo decenio.

¿Cuál espera que sea la contribución de este foro mundial?

-La conferencia tiene varias virtudes. Por una parte, estarán todas las organizaciones agrarias del mundo. Todas las tendencias. Y esa inclusividad tendrá sus frutos. Todo enriquece. Aprendemos unos de otros. La inauguración más oficial del Decenio para la Agricultura Familiar que hará la FAO en Roma en mayo tomará como base las conclusiones de esta conferencia.

Ah, pues vaya...

-El borrador que se va a discutir estos días ya viene de alguna forma aceptado por los organismos internacionales y las comisiones agrarias. La aportación de este foro es el modelo de las propuestas conjuntas. Esto nos exige un gran trabajo a todos: al que elabora la propuesta, claro, pero es que en los espacios donde se debate hay que hacerlo con contrapropuestas y entre todos vamos sumando, buscando alternativas viables.

Habla de esperanza, confianza en el futuro.

-Claro. Es que en estos momentos hay mucho ruido en el mundo.

Y por eso anima a la juventud a no desvincularse del mundo rural?

-Nosotros no traemos ruido. Nosotros traemos otro horizonte. Y hacemos nuestro trabajo callado, constante. Mucha frase altisonante, populista... Y mucha solución simple a problemas complejos.

Y eso no es bueno?

-Eso nunca trae nada bueno. No solucionan los problemas y no traen más que males.

Y hablamos de pobreza, hambre, malnutrición, guerras, migraciones forzosas? Por eso habla usted de un modelo de actuación conjunto.

-Sí, sí? Por eso hablamos del proceso de transformación, también de mentalidad, y de compromiso.

¿Diez años es un plazo razonable?

-Suficiente para hacer un buen trabajo y darle continuidad.

Hablaba de la vinculación al medio. ¿Cómo ve al vasco en comparación con otras experiencias?

-Aquí también hay problemas, pero hay políticas. Las distintas administraciones que intervienen en la agricultura tienen planes para abordar los problemas. A veces la solución es difícil, pero veo compromiso en la solución de los problemas. Hay dialogo público-privado; mejorable, pero existe.