Bilbao - Otra manzana del centro de Bilbao que acogerá viviendas de lujo. El grupo inmobiliario Ibosa, con sede en Madrid, será el encargado de construir 38 pisos de alto standing en la parcela donde confluyen las calles Rodríguez Arias y Licenciado Poza, justo al lado de la trasera de la Biblioteca Foral.

El complejo residencial se levantará en el solar triangular donde se encuentra la antigua sede de la entidad financiera BBK y que desde hace casi cinco años está vacía.

Una parcela céntrica y con mucho atractivo residencial por la que han peleado más de una decena de promotoras e inmobiliarias hasta quedar solo tres empresas en la pomada final. Según ha podido saber DEIA, la entidad financiera quería deshacerse de este activo desde hace varios años debido a que no le estaba sacando partido alguno. Por ello abrió un concurso entre diferentes firmas relacionadas con el sector inmobiliario y que a la vez fueran clientes de Kutxabank. El proceso de selección no fue fácil ya que el proyecto es muy goloso y las apuestas económicas fueron de peso. Finalmente se decidió entre tres empresas, una de ellas vasca, pero que no salió elegida. BBK decidió la subasta a favor de Ibosa, una compañía de promoción y gestión inmobiliaria cuya zona geográfica de actuación es exclusivamente Madrid donde en la actualidad gestiona más de 1.500 viviendas por un valor superior a 500 millones de euros.

De hecho, en su pagina web, la única promoción referenciada fuera de la capital del Estado es la de Bilbao.

La firma ya ha comenzado la comercialización de los futuros pisos de 2, 3 y 4 habitaciones en lo que definen como su aterrizaje en la capital vizcaina. De hecho, a todos los que han mostrado interés por adquirir una de estas propiedades les ha citado mañana a una reunión informativa a la siete de la tarde en la Torre Iberdrola.

Según ha podido saber este periódico, Ibosa está contando para el diseño final con el estudio de arquitectura IA+B de Bilbao, que dirige el conocido arquitecto local Iñaki Aurrekoetxea, el cual ha trabajado en proyectos residenciales tan conocidos como las torres de Isozaki o el edificio ArtKlass de la plaza Euskadi.

Con txoko y gimnasio El bloque que tendrá su entrada por Rodríguez Arias contará con un diseño de vanguardia donde las estancias serán amplias. Cada una de las seis plantas tendrá 900 metros cuadrados de superficie, y el vidrio marcará todas sus fachadas.

Además será el primer edificio del Ensanche en contar en su azotea con una piscina y un solarium para uso de la comunidad de vecinos. Así mismo, se incluye entre los servicios a compartir un txoko para celebraciones y un gimnasio privado.

De momento, la promotora no ha dado a conocer públicamente el precio de estas viviendas que se ubicarán frente a otra manzana residencial de reciente construcción, en el solar de la calle Gardoqui, donde se levantaba la anterior sede de la compañía eléctrica Iberdrola.

La trayectoria de este bloque, que pronto pasará a la historia, se inició con su construcción a comienzos de la década de los años 70 del pasado siglo por parte de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao. Se levantó cerca de su sede de Gran Vía número 23 (transformada en Zara el pasado año) para albergar diversos servicios generales en los pisos inferiores y los equipamientos informáticos en sus dos últimas plantas, conocidos entonces como cerebros electrónicos. Tras la creación de la BBK en 1990, el bloque llegó a acoger hasta 300 empleados. Con la llegada del siglo XXI y la mayor informatización, el edificio fue vaciándose, sobre todo las plantas superiores. Una circunstancia que aprovechó el Ayuntamiento de Bilbao, el cual ocupó esos pisos para ubicar a los 170 funcionarios que en 2008 componían la plantilla de la entonces Área de Obras y Servicios.

La mudanza desde su sede en el edificio Aznar fue motivada por el cambio de sedes que practicó el consistorio bilbaino antes de construir el edificio de servicios que se levantó en la trasera del Palacio Consistorial. Los empleados municipales ocuparon el edificio financiero hasta marzo de 2011. Posteriormente su uso languideció hasta que se creó Kutxabank y los pocos servicios que albergaba se trasladaron a Donostia quedando en 2014 todo el bloque vacío.