Síguenos en redes sociales:

El lado más humano del rastrillo de Durango

Las impulsoras dEl mercado celebran el éxito de recaudación de la cita, abierta hasta el sábado

El lado más humano del rastrillo de DurangoK. Doyle

uN año más, y ya van quince, el rastrillo de Durango apura los últimos días para recaudar beneficios para la Junta de Ayuda a Enfermos de Durango y Iurreta (JAED). Fue el pasado 12 de noviembre cuando sus impulsoras volvieron a poner en marcha el consolidado mercadillo que permanecerá abierto hasta el próximo sábado en un local de Barrenkale. “Hemos superado la cifra de los 5.000 euros de recaudación y esperemos que la gente siga animándose estos días que quedan”, explicaron desde la organización.

Desde los inicios hace quince años sus ganas de ayudar a quienes más lo necesitan motivaron a un grupo de amigas a poner en marcha este rastrillo solidario de Navidad en el municipio. Amelia Santa Cruz, Puri Muretagoiena, Teresa García y Arantza Bastida son quienes continúan montando año tras año este particular mercadillo solidario, cuyo objetivo prioritario no es otro que recaudar fondos para los más necesitados.

Un año más, los interesados en colaborar con esta actividad podrán acercarse al establecimiento durangarra para adquirir, a un módico precio, alguno de los artículos a la venta. Por ejemplo, pequeño mobiliario, libros, juguetes, ropa, calzado, artículos del hogar, bisutería, o elementos decorativos. En este sentido, la solidaridad de los vecinos, que son los que donan el género para el rastrillo, es decisiva para el éxito de la iniciativa. “Tenemos que decir que la gente es muy generosa. Y es que muchísimas personas han colaborado aportando donaciones y cada vez llegan cosas mejores”, apuntó Puri Muretagoiena, quien añadió entre risas que “creo que se han limpiado todos los camarotes de Durango”.

La solidaridad de la villa durangarra queda de manifiesto cada Navidad. Muestra de ello, el año pasado la iniciativa permitió recaudar un total de 8.600 euros, “cantidad que la verdad vemos muy complicado poder superar porque hemos vendido muchísimo más barato que nunca”, reconocieron.

Desde su puesta en marcha, el rastrillo ha pasado por sedes diferentes en el municipio, puesto que distintas amigas han ido cediendo de manera gratuita las lonjas para que la campaña pueda seguir organizándose con regularidad. Este año los durangarras José Antonio Olea y Marian Oregui han puesto su céntrico local al servicio del evento. “Queremos agradecerles enormemente el gesto porque lo demás no podríamos seguir con el rastrillo”, reconocieron las organizadoras.

Los interesados en adquirir alguno de los productos podrán hacerlo hasta el sábado en horario de 10.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas. Satisfechas con la respuesta ciudadana “tenemos muy claro que todo lo que no se venda lo daremos a otras iniciativas de este tipo”, zanjaron sus impulsoras.