Los Iñakis, el artista, un bocadillo e Iker
LOS primeros negros africanos que llegaron a Euskadi llamaban a todo el mundo Iñaki, vaya usted a saber por qué. Tampoco hay consenso en el origen etimológico de Ignacio, nombre, al parecer, de fuente griega. Por un lado hay quien lo traduce como “fogoso”, “fervoroso” u “hombre nacido del fuego” mientras que otros estudiosos de los orígenes de los nombres le atribuyen un significado distinto: “Aquel que es hijo mío”. Sea cual sea su fuente, cualquiera de los dos orígenes encajan con la historia que hoy vengo a contarles: la inauguración de la peña del Athletic Los Iñakis, que nace con la vocación de rendir honores a todos los Iñigos (su origen es otro, en este caso vinculado a Eneko, uno de los nombres vascones antiguos mejor documentados, etimológicamente ligado a “bueno” (Oneko); nombre que ya se cita 90 años antes de Cristo...), Iñakis e Ignacios que han jugado en el Athletic a lo largo de estos años.
Más allá de las discusiones y las confusiones, el día se detuvo en la presentación oficial de la peña que tuvo lugar en el bar Ledesma de la calle del mismo nombre, con Iñaki Burgo al frente del timón hostelero y de la presidencia de la nueva peña. Como no podía ser de otra manera, los dos jugadores del primer equipo que se acercaron a la cita para ejercer un emotivo padrinazgo fueron Iñigo Martínez e Iñigo Córdoba, acompañados para la ocasión por Carlos Gurpegui y José Mari Argoitia, dos leones de peso que pusieron su sello en la puesta de largo.
Con permiso de ellos, en realidad de todos los presentes, hubo otros dos nombres que dejaron huella. Durante el acto de presentación se pudo disfrutar de una exposición del artista vasco Iñaki García Ergüin, un reconocimiento de honor según los gestores de la peña. El artista, primer Premio Nacional de Pintura, Educación y Descanso, celebrado en Madrid en 1958, e ilustre bilbaino desde 2004 acudió acompañado por su hijo, el piloto Iñaki García Ergüin, y su nieto de 1 año, también usuario del mismo nombre, también athletitzale desde la cuna.
Dos nombres, les decía. El segundo corresponde a Estitxu Medrano, autora del bocadillo elegido, por votación popular, como bocadillo oficial de la peña, una medalla de lo más jugosa. Para todos aquellos a los que se les hace la boca agua al oír la mención de bocadillo, diremos que este está construido con un pan txapata que da cobertura a una combinación de filete de ternera, pimientos, cebolla pochada, bacon y huevo frito. ¡Hummm!
Además de los citados, a la cita acudieron Alex Burgo, Iñaki Burgo hijo, Javier Utxa, Eduardo Ramón Ortega, Jorge Burgo, vecino del Antomar y amamantado, a su vez, por los pechos del Athletic; Beñat Olabarria, José María Izquierdo, Marcelino Gorbeña; el diseñador Óscar del Hoyo; Alex Sevilla y Naroa Sampedro, perfectos en la trastienda de la organización, Javier Aldekoa, Nagore Urrutia, Sofía Muguerza, Rocío Hidalgo, Lander Mendieta; David Ibáñez, Almudena Romea y Egoitz Arrate, que pasearon una bandera del Athletic de bigotes; Idoia Marin, entusiasmada con la posibilidad de inmortalizarse con los dos jugadores del Athletic, José Luis Ugarte, Ander Salazar José Ramón Pérez, Luis Fernández, Carlos Escatarelli y buen número de forofogoitias y paseantes que se detuvieron al son de la inauguración, alegrada con la actuación de djs y bolas de luces en rojo y blanco.
A la cita también se sumaron los integrantes de la peña Bombín de Santutxu, feligreses de Ibai Gómez (todos ellos abogan por un regreso inmediato...), como Javier Arijita, Carlos de los Mozos, Pedro Portillo, Javi Garraza y Pascual Miñano, parroquianos habituales del mismísimo bar Ledesma; Iñaki Olaizola, Andoni Orueta, José Luis García y así toda una alineación de aficionados del Athletic que hablaban y no callaban de la renovación de Iker Muniain. Ha caído como el maná.