BILBAO. Los cordones de San Blas han puesto desde por la mañana color a la jornada pasada por agua en El Arenal bilbaino. Pese a lo meteorológico, muchas han sido las personas que se han acercado a las inmediaciones de la iglesia de San Nicolás para comprar los tradicionales cordones, rosquillas y caramelos de malvavisco. Desde las 8.00 horas de la mañana se bendicen los cordones en el interior de la parroquia cada 20 minutos.