Bilbao - La periodista, colaboradora de DEIA y escritora Carmen Torres Ripa presentó ayer en el Ayuntamiento de Bilbao su nuevo libro titulado Rafaela Ybarra, la enamorada de Dios. Bajo la atenta mirada del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, la corporación municipal y la Fundación Bilbao 700, encargada de editar la publicación que se enmarca dentro de la colección Bilbogileak, Memoria de Bilbao, Torres confesó que ha sido “todo un reto” ponerse en los zapatos de alguien “tan santa que estaba enamorada de Dios”.
¿Qué es lo que le ha aportado escribir sobre la bilbaina Rafaela Ybarra?
-Sobre todo, un cambio de registro. Hasta ahora había escrito novelas, pero, sin duda alguna, siempre he pretendido que la mujer sea la protagonista. De repente Ybarra me rompió todos los esquemas porque ninguna de las anteriores protagonistas de mis libros han sido especialmente tan buenas. Ha sido una mujer muy santa y yo no estaba preparada para este encuentro tan extraño.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?
-Su valentía, sin duda. Ella sola subía a prostíbulos para meterse con las madams y decirles que sacasen a las niñas que estaban ilegales y eran menores de edad. Enfrentarse con chulos que se las querían llevar... Cosas que realmente en aquella época, en la sociedad de Bilbao, no se entendía pero era necesario hacer.
De hecho, fue la fundadora de la Congregación Religiosa de los Ángeles Custodios.
-Yo creo que cuando la fundó, la sociedad o las mujeres de aquella época dirían: ¿Para qué se mete en esas historias con lo bien que estaba ella?
Fue una millonaria que lo tenía todo pero decidió dárselo a los más necesitados. ¿Cree que a día de hoy hacen falta más personas así?
-Claro, sin duda alguna. Se habla muchísimo de reivindicación, pero creo que hace falta meterse mucho más en el tema y realmente ayudar a quien lo necesita. Que no se queden solo en simples palabras sino que haya hechos. Son cosas que ella sí que hacía y son cosas realmente necesarias.
¿Ha cambiado su percepción desde que comenzó a escribir el libro?
-Sí. Recuerdo que al principio pensaba que para qué me iba a meter yo en la historia de la vida de una santa... Yo venía de escribir novelas totalmente distintas, eróticas, imaginativas... y esto era muy distinto. Al principio dije que no porque me asusté mucho, pero después me animé.
¿Miedo?
-Sí. Estaba muy asustada porque nunca había relatado algo así y, francamente, me parecía muy difícil ponerme los zapatos de alguien tan santo.
Dicen que los libros alimentan el cerebro. ¿Qué le ha aportado escribir esta nueva historia?
-Cuando estaba escribiendo me hacía sentir mejor. Me ha hecho pensar más en las cosas e intentar hacerlas bien. Ha sido muy difícil entender a una mujer tan santa como lo era ella. De hecho, al principio me preguntaba, ¿cómo le voy a entender si está enamorada de Dios? Eso era algo que lo hacía todavía mucho más difícil.
¿Y cómo se siente ahora?
-Muy contenta porque la gente ha reaccionado. Parece que el personaje les interesa y yo lo que quiero es que la gente lo lea y la conozca más. Lo más importante es que conozcan a una mujer de Bilbao que ha estado recordada a medias y no en profundidad. Realmente pienso que Rafaela Ybarra se merece el tributo de Bilbao.
Entonces asegura que los lectores no se van a aburrir, ¿no?
-Eso es, porque creo que les va a sorprender. El empuje de una mujer, madre de familia -cuidando a sus hijos y sobrinos-, millonaria y que de repente lo deja todo, sin dejar a la familia, y se dedica enteramente a Dios y a todo lo que realmente implica esa entrega.