La última inmersión de Arístides le llevó a hundirse en el ‘Neretva’
Un odontólogo de Barakaldo muere ahogado frente a Ribadesella cuando buceaba con varios compañeros en la exploración de un barco hundido
Bilbao - Al final, el fatídico desenlace se confirmó. La desaparición del buzo vecino de Getxo de 56 años, Arístides Bécares, el pasado sábado concluyó ayer con el hallazgo de su cadáver en el interior del pecio Neretva, un barco hundido a poco más de tres kilómetros de la costa asturiana, a la altura de Ribadesella, al que el odontólogo había bajado a explorar junto con un grupo de colegas buzos.
La desaparición de Arístides tuvo lugar a primera hora de la mañana del sábado. Ninguno de los siete buzos vascos y cántabros que habían quedado para efectuar una inmersión en el oriente de Asturias podía haber imaginado un final tan trágico para aquella salida.
Todos quedaron con el objetivo de explorar los restos del pecio Neretva, un mercante de bandera croata que se hundió hace 25 años frente a Ribadesella a 50 metros de profundidad y que es uno de los objetivos habituales de los amantes del buceo.
La jornada no había salido demasiado buena climatológicamente hablando. Lluvia, cielo plomizo y nubes bajas impedían una visibilidad aceptable bajo la superficie.
Algunos submarinistas de Ribadesella indicaron el sábado que con ese tiempo era muy difícil ver más alla de los cinco metros bajo la superficie. A pesar de este hándicap este grupo de buzos experimentados decidió llevar a cabo la excursión bien equipados con potentes linternas y acostumbrados a este tiempo típico del Cantábrico.
Tras partir de los muelles de Ribadesella, llegaron en poco tiempo a la vertical del pecio en el catamarán deportivo Ereba. Fue en la primera inmersión, sobre las diez de la mañana, cuando ocurrió la catástrofe.
Le perdieron de vista Cuando todos estaban abajo, a pocos metros de la superficie, los compañeros de Arístides le perdieron de vista debido a la poca visibilidad y una fuerte corriente que al parecer arrastró al odontólogo con consulta en el barrio San Vicente de Barakaldo, donde era muy conocido. Sucesivas inmersiones de los amigos del vecino de Getxo no sirvieron para localizarlo por lo que dieron aviso inmediato a Salvamento Marítimo desde el catamarán en la que se había acercado a la zona de buceo.
Dos embarcaciones especializadas, el helicóptero Helimer y buzos de la Guardia Civil estuvieron buscando al buzo en la zona donde fue avistado por última vez hasta que la falta de luz lo hizo imposible. Mientras tanto, en el puerto de Ribadesella, sus compañeros esperaban con el corazón en un puño noticias de Arístides.
Ayer a primera hora se reanudó el dispositivo de búsqueda y pocas horas después, los miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil localizaron y rescataron el cadáver del submarinista precisamente en el interior del pecio que habían bajado a explorar.
El cuerpo del odontólogo vizcaino fue trasladado al puerto de Ribadesella por los buceadores de la Guardia Civil desde donde fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Asturias para efectuarle la autopsia y conocer a ciencia cierta qué le causó la muerte al buzo.