Gamiz-Fika - El verano no esta siendo del todo tranquilo en Gamiz-Fika. La época estival supone un periodo de máxima afluencia a las piscinas municipales de este municipio de la comarca de Uribe-Butroi, sin duda, uno de sus mayores reclamos en estas fechas. Sin embargo, este año el Consistorio ha tenido que lidiar con graves incidentes para poder ofrecer el servicio con normalidad.

Desde que el pasado 17 de junio se abriesen las instalaciones, el Ayuntamiento ha contabilizado “media docena de sabotajes en la sala de máquinas de depuración”, según desvela el alcalde de la localidad, Asier Larrabe, al tiempo que indica que desde hace aproximadamente tres semanas “parecen haber cesado” estos ataques.

Según el regidor municipal, los problemas comenzaron a a salir a la luz el 20 de junio, cuando se tenía que llevar a cabo una inspección, a cargo del servicio técnico de salud de Osakidetza.

“El 20 de junio detectamos el primer sabotaje. A partir de entonces cada semana hemos sufrido algún percance tanto en el sistema eléctrico como acciones en algún tubo de vinilo perforado entre otras. Incluso hemos llegado a encontrar más de dos kilos de cloro granulado en los vasos de expansión del cloro, cuando ahí lo único que tiene que haber es agua”, denuncia Larrabe.

Ante esta situación, el Consistorio formuló una primera denuncia ante la Ertzaintza “el pasado 22 de junio”, desvela el primer edil, quien asegura que los técnicos que han reparado las incidencias han asegurado al Consistorio y a la empresa adjudicataria del mantenimiento que los incidentes “han sido provocados”.

De este modo, subsanar estos problemas ha causado un perjuicio económico al Ayuntamiento ya que, tal y como destaca el responsable municipal, ha tenido que realizar un sobreesfuerzo para seguir ofreciendo el servicio de piscinas con “normalidad” a pesar de las incidencias provocadas.

“Gracias al trabajo de los socorristas contratados por la empresa adjudicataria, todos ellos de Gamiz-Fika, y de los técnicos, no hemos tenido que cerrar las instalaciones salvo una tarde la piscina pequeña. El que haya querido causar un perjuicio al Ayuntamiento no se da cuenta que también se lo ha podido causar a los usuarios”, censura Larrabe. En este sentido, aunque el Ayuntamiento mantiene la “alerta” y trabaja junto con la Ertzaintza para evitar que se produzcan nuevos sabotajes, Larrabe concluye que “la gente puede estar tranquila porque el Ayuntamiento está supervisando muy cerca las instalaciones y seguimos vigilando cada día para evitar que los sabotajes vuelvan a reproducirse”.