Vacaciones sin obstáculos
LA MITAD DE LAS 600 PERSONAS PARTICIPANTES EN LAS VACACIONES DE GORABIDE REGRESarON AYER DE SUS viajes
EL día de ayer dejó un sabor agridulce a todos los participantes de las vacaciones de verano que ofrece Gorabide, una asociación vizcaina sin ánimo de lucro que apoya a las personas con discapacidad intelectual.
Las emociones estaban a flor de piel. Las sonrisas y los abrazos fueron los principales protagonistas después de que más de 200 personas, provenientes Iruñea, Hondarribia, Zarautz o Gijón, pusieran punto final a sus quince días de vacaciones. Pero eso no fue todo. También hubo hueco para derramar alguna que otra lágrima de emoción. Fue el caso de Leire Arregi, una joven de 18 años que participaba por primera vez como voluntaria en las vacaciones de Gorabide y que le tocó visitar Llanes. “Ha sido muy bonita la experiencia”, confesó. Fue “tan emocionante” lo vivido que no duda en repetirlo. “Volvería a hacerlo mil veces más”, dijo emocionada.
De hecho, quien lleva asistiendo 25 años a estas vacaciones organizadas por Gorabide es Dara, de 34 años, que ayer aterrizó en Bilbao tras pasar dos semanas en Hondarribia. ¿Lo que más le ha gustado de las vacaciones? Ir a la playa con todos sus amigos y la “doble fiesta” que hicieron el domingo. “Es la más bailonga de la familia”, confesó Marga, su madre. Dara volvió emocionada y con una sonrisa de oreja a oreja de estos días de asueto que organiza la asociación que atiende a las personas con discapacidad de Bizkaia. “Yo por Gorabide doy la vida”, confesó Marga, porque además, Gorabide también da apoyo a las familias con el objetivo de mejorar la calidad de vida, “proporcionándoles soluciones avanzadas y servicios de calidad”. Precisamente, en palabras de la directora de Gorabide, Maite Fernández, solamente hay que tener 18 años y “muchas ganas” para poder asistir como voluntaria a las vacaciones.
Agurne Ibargurengoitia lo lleva haciendo desde hace “muchos años” y lleva tres como responsable. Define la experiencia como “algo muy bonito” porque es algo muy “gratificante”. Viajó hasta Iruñea con otros siete monitores para estar con alrededor de 25 chavales, quienes les pedían ir a la playa, pero fue imposible. ¿El remedio? Pasar los días en la piscina “que estaba muy cerquita” del albergue en el que se hospedaron. “Hemos estado viendo la ciudad que, por cierto, alguna vez nos hemos perdido, porque era todo muy parecido”, recuerda entre risas. Pero, lo que nunca se han perdido son las rabas que comían a mediodía. “Les encantaban”, dice con una gran sonrisa. Como también les fascinó la fiesta que se hace el último día para ir mentalizándose de que, lamentablemente, todo llega a su fin.
22 viajes Los ocho grupos que llegaron ayer a Bilbao desde diferentes puntos del Estado son parte de los 22 viajes que Gorabide ha programado para sus usuarios en este verano. De hecho, son 600 personas las que participan en estas vacaciones, 455 con discapacidad intelectual y 145 voluntarios. Los destinos de las vacaciones se eligen teniendo en cuenta las opciones de entretenimiento que se dan en el lugar (playa, monte, piscina, deporte, actividades culturales...), así como también la accesibilidad de los mismos cuando sea necesaria. Por ello, todos los participantes de estas vacaciones han podido disfrutar de paseos en barca, de juego de bolos, de pintxo-pote, del cine, espectáculos de magia... incluso también han tenido tiempo de celebrar cumpleaños y ver el partido que disputó el Athletic contra el Dínamo Bucarest.
Así mismo, el programa se adapta a los gustos, necesidades e intereses de las personas usuarias. Por ello, se configuran las vacaciones huyendo del concepto de colonias para afincarlo como vacaciones. Maite Fernández, asegura que “tienen que ser ellos mismo artífices de sus propias vacaciones”. Por eso, siempre que llegan al destino acuden al punto de información más cercano para empaparse de todo lo que tiene esa ciudad para hacer o visitar. “Al final, son ellos mismos los que deciden qué actividades hacer, por lo que organizan ellos mismos sus vacaciones con la supervisión de los monitores”, concluye la directora de Gorabide.