DEBIERAN leerle al escritor Carlos Fuentes para seguir sus consejos. Fue el letrudo mexicano quien dijo aquello de que para crear debes ser consciente de las tradiciones, pero para mantener las tradiciones debes de crear algo nuevo. Eso es la intención que persigue Ludy Fernández, quien ha tomado las riendas de Pedro Salcedo, la vieja tienda de la calle Tendería que tantos hogares de Bilbao vistió durante décadas y décadas. No por nada, el legendario comercio gasta la misma edad que el Athletic: ambos fueron fundados en 1898, lo que ya confiere a un comercio el santo y seña de tradicional. La gélida corriente de la nostalgia congeló los huesos de los amantes de la tradición el pasado 23 de diciembre, cuando la persiana de Pedro Salcedo cerró sus ojos. Parecía entonces una defunción como la de tantos y tantos comercios del Bilbao del siglo XX, desde los ultramarinos a las grandes tiendas de ropa. “Son otros tiempos”, predican los pragmáticos. “Pero cada día perdemos más identidad”, replican los melancólicos. Ambos tienen razón.
Lo dicho al principio: Ludy no se rinde. Quizás porque defiende su puesto de trabajo o tal vez porque se pone en pie para luchar contra los bulldozers del porvenir sin personalidad propia. Tanto da. Cinco meses después, ahí está de nuevo abierta la tienda Pedro Salcedo, especializada, como antaño, en tejidos para el hogar, desde las cortinas hasta las sábanas, pasando por mantas y toallas, alfombras, cojines, colchas o edredones; por toda ese lencería del hogar. Redondea esta oferta -¿vestidos de andar por casa, pueden definirse...-, los productos que elabora, con mano perita para la marroquinería, Diego Muñoz. El hombre, pareja de Ludy, es un artesano de la piel y el cuero y elabora carteras, bolsos o billeteras con habilidad
amigos y curiosos A la cita se acercaron un puñado de amigos y colaboradores de los valientes así como curiosos vecinos del barrio, que ya echaban de menos el comercio clásico. A la cita no faltaron digo, Aran-tza Acosta, Mónica Jiménez, Pedro López, Alfonso Santiago, Rosa María Cabeza, Puri Vidal; Marta de Torres, Manuela Barbed, Iñigo Azcona, José Miguel Azcona y Olaya Dotor, integrantes, todos ellos, de la Asesoría Azcona; Restituto Fernández, Gemma Romero, Nieves Santos, Mar Muñoz; Jon Aldeiturriaga quien acudió, acompañado por Arantza San Andrés, para apoyarles en nombre de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, los jóvenes Mifel Ibarra y Laura Muñoz, Dolores Martínez; cuatro vecinas de la zona -Carmen Etxebarria, Cristina Alonso, María Teresa Rodríguez y Almudena Hernández para más señas...- que se acercaron para contemplar la resurrección del comercio, Alicia Suárez, Miren Ballesteros, Ane Zulueta, José María Fernández y así hasta poblar la vieja tienda donde cuelgan las telas como si fuese tapices de Flandes de nuestra historia, la de andar por casa.