Bilbao - Estas últimas semanas, el concejal de Seguridad Ciudadana ha comparecido ante el resto de los grupos políticos municipales para exponer las actuaciones que se están llevando en la ciudad respecto a los temas que más preocupan, entre ellos, el ruido. Tomás del Hierro relativiza los problemas de una ciudad en la que, como dice, “no hay depredadores sexuales, ni bandas latinas, ni del Este, ni mafias” y no está dispuesto “ni a criminalizar a los chavales por el ruido ni a hacer que desaparezcan porque son nuestros hijos y sus hijos”.
Bilbao lidia en este momento con el problema del ruido. ¿Qué se puede hacer en conflictos como el de Rodríguez Arias?
-Tenemos que buscar un equilibrio entre lo que quieren los vecinos y el ambiente nocturno. Cada vez que se abre un local nocturno en Bilbao se generan problemas. En concreto, el Moma tienen un aforo de 386 personas y cuando los chavales salen de una discoteca donde el ambiente está cargado a nivel acústico hablan alto. En alguna ocasión se ha podido producir algún incidente, pero no son todos los incidentes que afirman algunas personas porque tenemos agentes de paisano controlando lo que pasa. Pero no podemos criminalizar a los chavales como quiere alguno. Hay que comentar las cosas en sus justos términos. No entiendo cómo Bildu se ha unido en esto al PP. No voy a hacer valoraciones políticas, pero me parece curioso. Como que la noche anterior el señor Eguíluz estuviera con el director del hotel.
¿Cómo abordar el conflicto?
-Hemos intentado un proceso de mediación entre las partes, unos procedimientos por ruidos. Tenemos policías, de manera prácticamente permanente, a la entrada y a la salida para intentar disuadir de lo que puede pasar cuando salen los chavales. ¿Qué más podemos hacer con la ley en la mano? Porque no hay un normativa que sancione si alguien grita en un momento dado.
Hay otros cinco puntos de ocio nocturno. ¿Tienen los mismos problemas?
-Sí claro. También los tuvimos con el Buda. No podemos hacer desaparecer a nuestros hijos. Hoy en día no se puede eliminar el botellón. Ni nosotros, ni ha podido hacerlo ninguna otra ciudad. Intentamos paliar el problema con la legislación que tenemos.¿’Los Pichis’ han dejado de darle dolor de cabeza?
-Se ha tranquilizado la situación. Hay elementos de seguridad pasiva. Tenemos una vigilancia constante y además hay una actuación desde el área de Acción Social con la familia y los menores.
¿Hay bandas en Bilbao?
-No hay bandas latinas ni de gente de Europa del Este, ni mafias, ni depredadores sexuales. En Bilbao, hay hurtos, no ocurre como en ciudades como Madrid o Barcelona.
Lo que sí hay son bandas de mujeres que roban en las tiendas y a sus clientas.
-Sí, pero están controladas.
Otro problema de la ciudad es la oleada de quema de contenedores. ¿Piensan ustedes que se trata de algo organizado?
-Hay un operativo conjunto que se inició el 28 de abril entre Ertzaintza y Policía Local. No parece que sea algo organizado, pero estamos trabajando en ello.
Ha sido un buen año para la Policía Municipal en tema de drogas. Lástima que el éxito se viera empañado por la detención de uno de los guardaespaldas del alcalde. ¿Cuál fue su reacción?
-Pues fue la misma reacción que un ciudadano o peor porque yo conocía a esa persona. Nada hacía sospechar que uno de los seis agentes que protegen al alcalde y que conviven y están con él estuviera presuntamente implicado en un tema de estos. Nos hemos quedado desagradablemente sorprendidos porque había una relación personal. El alcalde lo ha pasado muy mal.
¿Cómo ha prosperado ese expediente?
-No lo sé. Lo lleva un Juzgado de Elche y hay abiertas unas diligencias previas que son del año pasado. El agente está apartado de su puesto y con una apertura de un expediente disciplinario hasta que entre la fase penal y dependiendo de la sentencia se hará lo que proceda. Lo que ha habido de momento es una remoción del puesto de trabajo.
Entre sus objetivos de mandato se marcó como prioritario poner en marcha una policía de proximidad. ¿En qué momento está?
-Dijimos entonces que era un proceso que duraría un tiempo. Hemos tenido que adecuar toda la organización en el primer mandato 2011-2015 para poner en marcha este modelo de policía. Además, teníamos que cumplir un par de sentencias en cuanto a provisión de plazas. Se hizo un diagnóstico y se cambió la estructura. Ahora estamos en el proceso de implementación. Los vecinos tienen que ver a la policía como algo suyo. Estamos dejando una semilla, pero lleva su tiempo.
Uno de sus temores era la adaptación de los propios agentes. ¿Le sigue preocupando?
-Es responsabilidad nuestra, en cierta manera, trabajar en esa adaptación. Los tiempos han ido cambiando a partir de 2011 por las razones que todos sabemos y había que adaptar no solo la estructura interna de la policía sino la mentalidad policial; no solo nosotros, también otras policías. Recuerdo que en esta misma casa compartí con el nagusi de la Ertzaintza la idea de acercar la policía al ciudadano. Hay que cambiar la mentalidad en algunos policías, tampoco en todos, y en eso estamos, pero no va a ser de la noche a la mañana.
En este nuevo modelo puede pensarse que las grandes intervenciones son competencia de la Ertzaintza mientras que a la Policía Municipal se adscriben delitos menores. Y esto ha podido provocar cierta desmotivación.
-Hay una policía que es gubernativa, que es la Ertzaintza, y una cercana con unos objetivos complementarios a los de la Ertzaintza que en algunos casos son coincidentes y en algunos no. Nosotros nos tenemos que dedicar a eso. En la nueva promoción, los inputs que pedimos para la entrada de nuevos agentes ya están marcados por este perfil de policía con más cercana y empatía con el ciudadano.
¿Necesita Bilbao ampliar la plantilla de policías municipales?
-Sí. Tenemos cien vacantes, además de las próximas incorporaciones.
¿Cuál sería para usted el promedio ideal de agentes por ciudadano en una ciudad como Bilbao?
-La media estipulada es de cuatro policías por cada mil habitantes. En este caso sumando los policías municipales y los ertzainas en la capital se cumple ese ratio, pero hay que tener en cuenta también las 500.000 personas que vienen a la ciudad. También depende de si se trata de una zona rural o más urbana. Por eso, el número es muy teórico.
¿Cómo se consigue el equilibrio para que la Policía Local esté en la calle pero no dé la sensación de una ciudad policial?
-El ciudadano quiere la policía a pie porque le da más sensación de seguridad. Ahora mismo, un 68% de los bilbainos piensa que Bilbao es una ciudad segura, mientras que un 23% dice que es algo segura, o sea que un 92% considera que es bastante segura. Y esta tendencia está creciendo.
¿Esta percepción es homogénea o va por barrios?
-En Deusto es donde más seguros se sienten los bilbainos, pero curiosamente en Abando, que es donde más robos hay, la percepción de seguridad es muy alta.
Según sus estudios, ¿cómo valoran los ciudadanos la presencia policial en la calle?
-Es adecuada para un 38% de la población. Un 34% piensa que la presencia es insuficiente, pero en 2005 era un 61%. La tendencia es buena, pero hay margen de mejora.
Aun así se va a cerrar una comisaría.
-No se trata de comisarías. Vamos a cerrar la de La Cantera porque está aquí al lado y vamos a abrir la de Basurto. Tener abierta una comisaría es tener a un número equis de agentes inmovilizados. El equilibrio es tener un despliegue suficiente para atender a la gente de manera más cercana. Tenemos cuatro comisarías y la Ertzaintza tiene una más y dos puestos de recogida de denuncias.
¿Y las comisarías móviles?
-Para eso se necesitan agentes y queremos remodelar algunas cosas. Pero, aunque tengas una comisaría móvil, necesitas gente. Tenemos que empezar a tener comisarías en casa. Al final estamos en los parámetros de siempre pero podemos a pasar a otros. Llegará el momento, si se acepta por parte de la autoridad judicial, en que una denuncia vía telemática se acepte como se acepta ahora un correo electrónico. Llegará, pero a la Justicia le cuesta mucho el cambio. Nosotros ya estamos trabajando en una aplicación para entrar en contacto con el ciudadano de manera inmediata a través de una app.
¿Esta aplicación va a usarse para informar o se puede interactuar con la policía ante una caso de emergencia?
-Puede ser un cambio conceptual muy importante. Hay que atender al ciudadano con la máxima comodidad para él y esta aplicación puede hacerlo. Actualmente, una persona que se siente insegura llama al 092 , cuenta su problema y va una patrulla. Funciona pero puede funcionar de manera mucho más rápida a través de una app que me está identificando dónde está la persona, por lo que mi respuesta es más rápida y más precisa. Y no solo eso, cualquier alarma o feedback ahora es telefónica, y esa nueva aplicación puede dar una respuesta inmediata.
La Ertzaintza ya tiene una ‘app’ informativa, ¿en qué se diferencia?
-Nosotros pensamos en una aplicación que permita una interacción para su percepción de seguridad. Estamos trabajando en esto dentro de nuestra idea de hacer la policía más próxima. Con esto queremos evitar barreras físicas. El teléfono es una herramienta pero la telemática mejora mucho la atención. Es poner la tecnología al servicio de lo que nosotros queremos.
El 54% de todos los delitos de Bilbao son hurtos y parte son al descuido. ¿Cómo proteger al ciudadano?
-Alertamos todos los años y de hecho este año, por ejemplo, se podían haber evitado 80 robos en pisos si los propietarios hubieran cerrado con llave. Lo han hecho con le métodos del resbalón. Somos muy confiados.
Hay voces incluso dentro de la policía que cuestionan la coordinación con la Etzaintza de la que usted habla.
-Llevo en el tema policial desde el año 84. Fui ertzaina desde 1984 a 1990 y, en 1990 recalé aquí. He estado de director desde entonces, salvo cuatro años. Estuve aquí cuando se desplegó la Er-tzaintza y desde hace 23 años el mejor nivel de comunicación y de coordinación de toda la historia lo tenemos ahora. Ya entonces apuntamos en un documento que es histórico qué pasos dar para fortalecer la coordinación.
¿Qué objetivo se marcaron? ¿Se han cumplido?
-Nos marcamos como objetivos coordinar a los grupos de investigación, unificar los sistemas de telecomunicaciones y responder conjuntamente a los problemas. Otra cosa es que cada cuerpo es diferente y cada uno tenemos nuestras especificidades. Además tenemos 50.000 o 60.000 actuaciones al cabo del año y otras tantas la Ertzaintza; con lo cual hay que contemplar el margen de error. Pero compartimos objetivos, diagnóstico e información. Otra cosa es que cuestiones puntuales siempre se van a producir.
¿Los delitos contra la libertad sexual aumentan un 18,4%. ¿Cómo se puede proteger a las víctimas? ¿Están recibiendo los agentes algún tipo de curso de formación?
-Dentro del ámbito de las agresiones sexuales, las graves han disminuido mientras que los tocamientos han aumentado. Se piensa que antes a la mujer le daba vergüenza denunciar y eso afortunadamente ha cambiado, de ahí el aumento de casos. Tenemos agentes femeninos que se dedican a recoger estas denuncias de agresión, de hecho fuimos pioneros en este tipo de atención a las mujeres.
¿La Policía Municipal está formándose de manera específica ante el yihadismo?
-No. Trabajamos con información, pero no hay unidades especiales que se dediquen a eso. Todas las instituciones tienen que colaborar entre ellos, no solo la policía.