Gracias a la evolución tecnológica que vive la sociedad, las comunicaciones son mucho más fáciles. Las redes sociales son herramientas que están presentes en el día a día y con las que se puede interactuar con personas de diferentes partes del mundo. Muchos de sus usuarios han pasado a ser reconocidos gracias a Internet y han conseguido hacer de su pasión, su profesión. Es el caso de Estibaliz Prieto, una bilbaina de 34 años que hace aproximadamente cuatro consiguió hacerse un hueco en el mundo de la moda a través de la aplicación Instagram -la red social de fotografía con mayor cantidad de usuarios hasta el momento-, en la que actualmente cuenta con más de 231.000 seguidores.

Tras licenciarse en Turismo, estuvo trabajando aproximadamente siete “largos” años en un hotel de la villa y, hace un año, fue su asesor quien le propuso que lo dejase todo para dedicarse exclusivamente a Instagram. “Pensé que estaba loco porque para mí eso era impensable”, confiesa. Pero, un año después, le ha tenido que dar la razón. El pasado noviembre decidió dejar su trabajo. Pidió dos años de excedencia para dedicarse exclusivamente a su cuenta de Instagram, __esti__. “Era difícil compaginar las dos cosas porque estaba ocho horas en la recepción del hotel y el resto del día que tenía libre lo dedicaba a contestar e-mails o comentarios y a hacerme fotos frente al espejo de mi casa”, explica. Tras ver el buen tirón que tuvo su cuenta, decidió dedicarse plenamente a ella. “Me ha cambiado la vida para mucho mejor”, detalla, porque ahora es su propia jefa y es quien se pone los límites. “Yo antes no era feliz”, confiesa, y es que ahora puede trabajar “desde la playa o desde la cola del supermercado”, bromea.

Por eso su vida ha dado un giro de 180 grados. No se considera una persona que pueda servir de inspiración a otra, “ni mucho menos famosa”. Para ella, el éxito es sinónimo de sencillez y confiesa que el crecimiento de seguidores de su cuenta lo ha vivido “con un poco de vértigo”. No era consciente de que la gente le conocía. “Mis amigas o mi pareja me decían: Mira, esas chicas te están mirando, esas te siguen fijo”, se ríe. De la misma manera, recuerda que cuando llegó a los 100.000 seguidores fue cuando le empezaron a reconocer por la calle y siempre ha tenido mucho respeto “porque la gente sabe cosas de mí y yo puede que no les conozca de nada”, dice. “Siempre he sido muy agradecida con las personas que me han pedido alguna foto o con quienes me comentan algo en la cuenta, porque al final tiene mucho mérito que estén ahí todos los días”, prosigue.

A pesar de que no descarta volver a trabajar en el turismo, sus expectativas de futuro siguen fijadas en la moda. Para este nuevo año tiene en mente unas metas y, a pesar de que haya algunas cosas que todavía le den un poco de respeto, no descarta nada. Prefiere crearse un canal de YouTube porque cree que hoy en día “está mas en auge” que por ejemplo, un blog. “Yo me hago las fotos en el espejo de mi casa y me daría mucha vergüenza tener que salir a la calle a hacerme las fotos para el blog”, confiesa tímida. Por eso siempre le ronda por la cabeza que tiene que hacer “algo nuevo” porque lo que tiene claro es que puede que todo se termine algún día. “Por suerte ese día todavía no ha llegado, pero puede que vaya a menos y tendré que hacer algo diferente, pero espero que siempre sea enfocado a la moda”, confiesa.

COLABORACIONES Hace cuatro años, cuando empezó su andadura en esta red social, nunca imaginó que podría tener tanta repercusión hasta el punto de que empresas quisieran tenerla como colaboradora. De hecho, se acuerda “como si fuese ayer” de su primera colaboración. “Era una marca de anillos y querían que los enseñase en mi cuenta. Me quedé muy sorprendida pero me hizo muchísima ilusión”, explica.

Ahora son numerosas las empresas que contactan con Estibaliz para que colabore con ellos luciendo las últimas tendencias que las agencias han creado. A día de hoy colabora con diez marcas y son las encargadas de enviarle cuatro prendas al mes para que publique una por semana. Suele subir cuatro fotos al día, intentando no saturar. “Ha habido días que he tenido que subir seis por todas las cosas que tenía para enseñar”, dice. De hecho, es muy difícil ver una de sus fotos con menos de 2.000 Me gusta y mira con lupa los Like de cada foto para saber qué es lo que más gusta a sus seguidores. “Muchas veces tengo muchísimas ganas de enseñar un look que me encanta, pero no tiene tantos Me gusta como otro que no me llegan a convencer y eso me desconcierta un poco”, expresa.

En la misma línea, asegura que se siente “muy privilegiada” de poder dedicarse de lleno a lo que desde pequeña ha soñado. Se considera “un poco loca” de la ropa, pero tiene tanta que también opta por venderla de segunda mano. “Entre la que yo me compro y la que me envían las marcas necesitaría otra casa para poder guardarla toda”, bromea. Por eso también es asidua a utilizar la plataforma Micolet donde también gana “unos dinerillos”.

Algo que tiene claro esta joven bilbaina es que no puede parar si se dedica a su gran pasión. “Sigo siendo la misma que hace cuatro años porque tener más o menos seguidores en la cuenta no me hace mejor ni peor. Es verdad que lo agradezco mucho pero creo que la humildad es una herramienta buena y necesaria en estos casos; algo que intento tener siempre presente”, concluye Estibaliz Prieto.