Zalla - En Zalla, para entrar en el nuevo año con buen pie hay que comer turrón en el monte Ubieta y brindar con los amigos por todo lo bueno que puede deparar el futuro. Y por amigos se considera a las más de cien personas que cada 1 de enero ignoran a la pereza para madrugar y responden al llamamiento del club de montaña Ubietamendi desde hace muchos años, tantos que esta salida es incluso anterior a la creación del grupo como tal hace cuatro décadas. No parece casualidad que el grupo haya tomado su nombre prestado de la cima de 632 metros de altitud testigo de los buenos deseos del primero de año.

Con ocasión de este aniversario, el Ayuntamiento de Zalla reconocerá la trayectoria de Ubietamendi en la gala del deporte local que acogerá el Zine Antzokia el próximo viernes desde las 19.00 horas. En el acto los mendizales compartirán premio honorífico con el homenaje póstumo al tenista Fernando Caldera, fallecido hace diez años.

En el municipio existía una “expectación por la montaña” que los aficionados canalizaban en la popular excursión según explica Jesús Cortázar, uno de los socios más veteranos de Ubietamendi. Pero querían escalar más cumbres, así que en 1976 un grupo de vecinos empezó a reunirse con más frecuencia, dando lugar la constitución de la primera junta directiva del club “el 24 de diciembre de ese mismo año en el bar Begoña, porque todavía no teníamos sede propia”.

Se eligió presidente al ya desaparecido Horacio Marcos, muy conocido en Zalla por su prodigiosa memoria y su activa participación en la vida local. Así, era un fijo en la cabalgata de los Reyes Magos y conocía las fechas de nacimiento de prácticamente todo el municipio. En lo alto del Ubieta dirigía un curioso ritual el 1 de enero. Vestido “cada año de una forma diferente, bautizaba simbólicamente a los que subían por primera vez dibujándoles en la frente una cruz con mercromina”, describe Jesús Cortázar.

Él también se sometió al rito de iniciación, aunque de forma un tanto accidentada. “Justo en ese momento saltó un perro que me clavó un diente y empecé a sangrar. Tuvieron que bajarme a toda prisa para curar la herida”, rememora.

El ascenso al Ubieta nunca se ha suspendido llueva, nieve o haga sol. En torno a las 9.30 horas los senderistas se reúnen en el barrio de Lusa para emprender la marcha, los que llevan bicicleta de montaña lo hacen media hora más tarde, todos “a ritmo tranquilo, para disfrutar del paisaje”. El trazado resulta asequible hasta para quienes hayan apurado la juerga al máximo.

“Viene gente de municipios de alrededor, como Balmaseda, Güeñes y Sopuerta. Otros llegan al Ubieta por su cuenta a través de otras pistas de montaña. Y, sí, algunos chavales se apuntan de gaupasa”, desvela.

Al coronar la cima se juntan para brindar y comer un tentempié en el refugio. No es el primero que conocen los mayores en esa misma ubicación. “El anterior era, más que otra cosa, una chabola en la que nos resguardábamos cuando llovía”, apostilla. Regresan al centro de Zalla tras tomarse una foto de familia que es el mejor reflejo de la evolución de Ubietamendi. Los entusiastas fundadores del club vuelven ahora al Ubieta con sus hijos y nietos, que han vivido en contacto con la montaña casi desde la cuna. “La verdad es que nos gustaría que se unieran más jóvenes”, confiesa Cortázar.

La reunión del 1 de enero de 2017 servirá para cerrar oficialmente el año del cuarenta aniversario, que tuvo su punto culminante en noviembre con una comida de hermandad. Pero las actividades seguirán. Entre otras, las marchas que organizan por los montes de Zalla, salidas fuera de la comarca, y la semana de la montaña. A la siguiente edición del ciclo de conferencias que alberga el Zine Antzokia han invitado al alpinista Alex Txikon. “Otras veces han estado con nosotros los hermanos Iñurrategi o Juanito Oiarzabal”, repasa.

A los componentes de Ubietamendi tampoco se les resiste ningún reto. Su presidente, Fernando Novales, acudió en septiembre a los Alpes italianos para participar en Tor de Geants, una de las pruebas más exigentes del mundo, cuyo recorrido consta de 330 kilómetros a recorrer en menos de 150 horas a lo largo de seis días atravesando cumbres míticas, como el Mont Blanc. Iba entrenado, puesto que en verano integró la expedición del camino encartado: una ruta de cinco días y 250 kilómetros por diez municipios de la comarca a través del monte. Entre sus compañeros en aquella aventura, Javi Zorrilla, Jon Millán, Eduardo Calleja, Carlos Gutiérrez, Endika Camino, Iker Lezama y Javier San Vicente figuras habituales de la agenda de Ubietamendi.

Homenaje a Fernando Caldera Todos aplaudirán el 16 de diciembre a los galardonados en la cuarta edición de la gran cita deportiva de Zalla, que siempre antecede a la Navidad. Recibirán premio los vencedores del circuito popular y veinte deportistas que sobresalen en sus respectivas disciplinas en Bizkaia, Euskadi o en un ámbito mundial. Además, se recordará al tenista Fernando Caldera, fallecido hace diez años. Llegó a ser campeón de Euskadi infantil y cadete, así como semifinalista del campeonato de España individual en categoría infantil y de dobles en la modalidad cadete.