Bilbao - Tres bandas de mujeres actúan prácticamente a diario en los comercios de Bilbao. Roban bolsos y carteras a las clientas de los establecimientos y, en las tiendas, se llevan prendas de vestir a las que han quitado previamente la alarma. La Gran Vía y el Casco Viejo han sido siempre sus zonas de influencia, pero últimamente, según apuntan a DEIA fuentes policiales, han ampliado su área de actuación a los comercios de Indautxu. Van de dos en dos y suelen contar con el apoyo de dos hombres que se encargan de conducir los vehículos en los que se desplazan a la capital vizcaina y de recoger la ropa robada cuando la suma de las prendas ronda los 400 euros. Así se garantizan que si las intercepta la Policía solo serán identificadas, ya que si superaran este valor económico, estarían acusadas de un delito de robo y, por lo tanto, serían detenidas.
La Policía Local de Bilbao y la Er-tzaintza las conocen como Las de Torrelavega, Las de Valladolid y Las Supernenas. Los dos primeros grupos tienen muchos puntos en común: se trata de mujeres que rondan los 40-45 años [algunas los sobrepasan ampliamente] que pertenecen a familias que vivieron en su día en Bilbao y que, incluso, tienen algún familiar lejano todavía residiendo en la villa. Se desplazan periódicamente a la capital vizcaina desde sus respectivas residencias, Torrelavega y Valladolid, en coches que son conducidos por hombres de las familias y que aparcan en parkings cercanos al centro. Suelen viajar cuatro mujeres por cada grupo que, al llegar a la ciudad, se dividen de dos en dos para repartirse por los comercios de la Gran Vía y del Casco Viejo.
Las Supernenas son otra historia. Comenzaron siendo dos jovencitas de apenas 15 años, de Bilbao, y siempre van muy bien arregladas. “Elegantes”, puntualizan las fuentes policiales consultadas por DEIA. A las dos iniciales, se sumaron otras dos chicas, aunque con el paso del tiempo una de ellas se ha descolgado. El sobrenombre de Las Supernenas se lo pusieron los propios comerciantes, sorprendidos de las habilidades de estas jóvenes para apropiarse de carteras y prendas de vestir de las tiendas. Ahora rondan los 30 años y, al ser ya de sobra conocidas por policías y comerciantes, han comenzado a instruir a otras chicas más jóvenes, “de entre 20 y 25 años”, que provienen de sus círculos más cercanos. “Todavía no están muy detectadas”, reconocen fuentes policiales.
Aparte de estos tres grupos, la policía también incluye entre los “fijos” a una mujer que siempre actúa en solitario. Tiene unos 50 años y roba carteras de los bolsos. En 2010 se le abrió el primer expediente policial y, desde entonces, cuenta con numerosos arrestos. En 2016, ya ha sido detenida en cuatro ocasiones; además, se le han realizado 10 identificaciones y otras tantas localizaciones judiciales [cuando el juzgado no puede notificar una citación].
“Estas son las permanentes, pero hay más”, explican los policías consultados por DEIA. “O son itinerantes o actúan en fechas concretas. Sin embargo, son grupos que van a su aire, puede haber 5, 6 u 8 personas así”, indican.
Control de las cámaras Las de Torrelavega, Las de Valladolid y Las Supernenas tienen, según reconocen los agentes, un gran conocimiento de los comercios bilbainos. “Conocen a la perfección la ubicación de las cámaras de cada comercio y los ángulos que abarcan. Usan sombreros, gorras y agachan la cabeza o la giran cuando pasan ante ellas. Pero también saben qué comercios tienen sensores de alarmas y cuáles no. Incluso saben también cuáles están conectados pese a tenerlos y cuáles no”, explican.
En el caso de los dos primeros grupos, los agentes conocen a la perfección el modus operandi de las mujeres para cometer los robos en los comercios. “Visten ropa floja y grandes abrigos y, por dentro, usan bañadores como ropa interior. Allí van metiéndose la ropa que roban”.
Utilizan también bolsas grandes forradas de aluminio y portan unos pequeños alicates que les sirven para rasgar los alambres de las alarmas y así no estropear las prendas. Y lo hacen, claro está, en los probadores, donde no hay cámaras de seguridad y tienen todo el tiempo que necesitan fuera de ojos indiscretos para quitar las alarmas con cuidado.
Arrestos y detenciones Las tres bandas identificadas de mujeres ladronas que actúan en Bilbao a diario tienen pocas detenciones en su haber. La explicación es sencilla: saben que no pueden sobrepasar el límite de los 400 euros para no incurrir en delito. “Detenciones, pocas; identificaciones, muchísimas”, admiten los agentes consultados por DEIA. “Son conocidas y están identificadas. Cuando un comercio te llama porque las han pillado, haces el oficio, requisas las prendas y las mandas al juzgado. Eso luego se convierte en un tema judicial”. Por ello, además, los agentes tienen numerosas interacciones con todas ellas, ya que, aparte de las identificaciones cuando ha habido un aviso, también tienen que salir a buscarlas para entregarles requerimientos judiciales que no han podido recibir en sus domicilios.
Los datos policiales a los que ha tenido acceso este periódico reflejan la actividad de las miembros de estas bandas. Así, Las de Torrelavega comenzaron a actuar en 2011. En su caso, no hay detenciones, siempre se ha tratado de identificaciones cuyo seguimiento judicial hace la Policía Local del municipio cántabro. El caso de Las de Valladolid es diferente. Las primeras identificaciones de las mujeres de este clan datan de 2006 hasta la actualidad. En concreto, este año, agentes de la Policía han procedido a la identificación de alguna de ellas en tres ocasiones.
Las Supernenas, por su parte, baten todos los récords. Las dos primeras chicas que hicieron tándem comenzaron sus andanzas en 2000 y 2002. Hoy, con 30 años, acumulan un largo historial de detenciones e identificaciones. Una de ellas tiene tres detenciones y, en 2016, ha sido identificada en 15 ocasiones; la otra, con el mismo registro de identificaciones este año, presenta antecedentes por dos detenciones anteriores. En 2006, se unió una tercera chica al grupo, que ha sido detenida en tres ocasiones e identificada en tantas actuaciones policiales como sus compañeras. La cuarta Supernena parece, a ojos de la policía, que ha cesado en su actividad.