BILBAO - Detrás del exitoso Lord Jark Knife, considerado uno de los mejores barberos del mundo, se esconde Salvador Chanzá (Valencia, 1983), un joven emprendedor valenciano que conoce como nadie lo que supone resurgir de las cenizas. Con 21 años se lanzó al mundo empresarial como maestro barbero en Valencia, renovando el oficio, y hasta los 25, su idea funcionó. “Eran años de bonanza”, resume. Sin embargo, a los 26 años sufrió el mayor varapalo de su vida al toparse de bruces con la cruda realidad empresarial. “Tuve un traspiés, quise diversificar e invertí fuerte en varios proyectos como un salón de belleza, tienda de ropa... y me encontré con un agujero de medio millón de euros”, desvela. A partir de ese momento se replanteó su vida. Ahora, a los 33 años, goza de una gran repercusión a nivel internacional como gurú de un nuevo estilo de masculinidad que está muy de moda. Son las dos caras de una misma moneda.
Ha estado esta semana en España presentando su nuevo libro, -salió a la venta el pasado día 2-, el último de los múltiples proyectos que tiene entre manos, e impartiendo una ‘masterclass’ privada en la barbería Barber shop de Santur-tzi. ¿Qué tal le va?
-Sí, ahora más que barbero soy empresario. Estoy muy contento con la publicación del libro. Se titula El negocio del barbero y es un proyecto que tenía muchas ganas de que viera la luz. Lo que intento es ofrecer una visión entre consumidores y profesionales. Trato de explicar cómo debería ser una experiencia de consumo perfecta.
Cuenta con tres barberías propias en Oslo (Noruega) con una docena de barberos a su cargo, una escuela en Cracovia (Polonia), un proyecto en ciernes en Berlín, un canal en YouTube y ahora un libro...¿se imaginó alguna vez alcanzar semejante éxito?
-Empecé a los 18 años. Mi padre quería que fuera ingeniero agrícola, siguiendo la tradición familiar, y yo quería ser chef pero no me pude costear la Escuela de Hostelería. A través de mi barbero de confianza realicé un curso de peluquería para mujeres y allí hice un corte de caballero. Me gustó y comencé a formarme en este mundo. Gracias a que hablo cuatro idiomas he podido adquirir conocimientos por toda Europa.
En sus inicios como empresario le fue bien, pero luego todo se torció... ¿qué sucedió?
-Sí, los inicios fueron buenos, de los 21 a los 25 años me fue bien. Eran años de bonanza. Estudiaba cursos en Estados Unidos, donde está la cuna de los estándares de la barbería clásica como es Chicago. A los 25 quise diversificar el negocio dentro del sector del cuidado personal y tuve un traspié. Invertí fuerte en un proyecto de un salón de belleza con tienda de ropa? y acabé inmerso en un agujero de 500.000 euros.
¿Cómo se supera algo así?
-Me replanteé mi vida. Siempre me ha gustado la docencia y creo que mi futuro está por ese camino. Gracias a eso me pude recuperar. Volví a los orígenes, a la barbería clásica, fui pionero en el momento adecuado y tuve la suerte de tener repercusión a nivel nacional e internacional.
Ha sido como un milagro.
-Con 25 años mi vida estaba destrozada pero sabía que no tenía tiempo para lamentaciones, aunque es un agujero que todavía arrastro.
Me imagino. Entonces, ha pasado del fracaso a convertirse en un gurú de la barbería, desarrollando líneas de formación acerca de corte de cabello, de barba y ritual del afeitado por todo el mundo, dentro de un concepto de nueva masculinidad.
-No me considero un creador de tendencias. Es cierto que me llegan mensajes de todo el mundo sobre la repercusión de mi trabajo y de mi estilo. Actualmente se ha recuperado un modelo de masculinidad que es la antítesis del que había hace unos años, como podía ser el estilo de metrosexual. Ahora ha pasado a lo opuesto, a un estilo de marcada expresión masculina.
¿Se asentará y perdurará este nuevo concepto?
-Creo que ahora estamos ante una época de gran diversificación.
Es conocido por Lord Jack Knife, su marca, y un sello muy reconocido.
-Es mi alter ego, mi carta de presentación. Me tomo el trabajo muy en serio. Creo en un concepto de barbería con mucho respeto al cliente. Respecto al nombre, hace referencia al juego de palabras: Jackknife, es decir, navaja.
Su navaja y su estilo han llegado hasta México, donde ha tenido mucho éxito.
-Sí es algo que a mí me sorprendió. Allí he colaborado en el desarrollo de una marca cosmética.
Actualmente, ¿en qué proyectos está trabajando?
-Estoy centrado en tratar de desarrollar una marca de herramientas y otra de cosmética. Además también quiero adentrarme en el mercado de lujo, el premium, y sueño con abrir un hotel. Así que apenas tengo tiempo libre.
¿No teme a un nuevo fracaso empresarial?
-No, he aprendido a hacer las cosas mejor.