SONDIKA. Los txokos son semilleros de buenas ideas. En estos templos del buen comer y de mucho cantar acostumbran a gestarse iniciativas de esas que llaman al encuentro y a la fiesta. Y es en uno de estos espacios , en torno a una mesa y una guitarra, donde surgió el germen de Taberna Ibiltaria. Hace ya 17 años de eso y el sondikatarra Alfonso Atela fue uno de los promotores de este proyecto musical y jaranero que es ya un clásico en los programas de fiestas de múltiples localidades vascas. “Taberna Ibiltaria va de bar en bar poniendo a la gente a cantar, que realmente es algo que siempre se ha hecho aquí”, explica Alfonso. “Y cantar es una de las formas más bonitas de extender el euskera”, subraya con énfasis. No en vano, este idioma es una de las grandes pasiones de Alfonso, y hoy por hoy, es presidente de Sondikako Altzora Euskara Elkartea, una asociación local que trabaja para fomentar el uso de esta lengua en las calles del pueblo. Un centenar de personas componen Altzora, que lleva en torno a los cuatro años planificando y organizando actividades en Sondika en pro del euskera. Y precisamente su labor en Altzora le ha hecho ser testigo y agente activo en la puesta en marcha de Baserri Antzokia de Txorierri, un proyecto que ya está en marcha y que nació de la mano de Totoan Txorierriko Euskara Elkarteen Federazioak -compuesta por los grupos de euskera del valle, entre ellos Altzora-, y de la Mancomunidad de Txorierri. “Ahora Baserri Antzokia está trabajando en la elaboración de su agenda cultural”, explica.
Cantar y cantar
“Cantar me ha gustado siempre”, explica Alfonso, rememorando cómo siendo un chaval gustaba de ir a los diversos kantaldis de artistas vascos como Pantxo eta Peio. “Y tengo una memoria terrible; tengo en la cabeza muchísimas letras de euskal kantak”, narra. Con esta querencia por la música ya instalada en el corazón y el ánimo, no es de extrañar que aquel día, hace ya 17 años, aquel grupo de amigos se levantara de la mesa de un txoko del Casco Viejo de Bilbao tras una buena sesión de cánticos, y se negaran a renunciar a la guitarra y a continuar calentando gargantas. Salieron a la calle guitarra en mano y comenzaron a cantar en los bares. Todo el mundo acabó siguiendo la estela de aquel recital itinerante improvisado. “Esto hay que hacerlo más veces”, se dijeron. Nació Taberna Ibiltaria.
Un total de 26 personas de Txorierri, Uribe Butroi y Uribe Kosta conforman hoy esta agrupación que acude a fiestas y celebraciones para llevar su música de taberna en taberna, de plaza en plaza, repartiendo un cancionero y provocando así que todos se sumen a las melodías.
La agrupación cuenta con un buen puñado de músicos, de manera que acompañan sus kantujiras con guitarra, percusión, violín, txirula, flauta, txistu, trikitixa.... Y también las cucharas, que es precisamente lo que Alfonso toca llenando de ritmo pegadizo el amplio y variado repertorio, que contiene ante todo euskal kantak de antes y de ahora, pero también rancheras o grandes temas del rock. De hecho, se atreven con canciones de Fito y hasta de Pink Floyd o de Creedence Clearwater Revival.
Alfonso tiene claro cuál es la clave del éxito de este proyecto. “Es participativo, ponemos a la gente a cantar”, destaca, apuntando que no les gusta que les pongan en un escenario. Lo suyo es saltar de bar en bar, a pie de pueblo, para inundar calles, corazón y voces de música y alegría. Intenso es el calendario que tiene de aquí a fin de año Taberna Ibiltaria. Las fechas para anotar: el 26 de noviembre en Bakio, el 27 en Dima, el 2 de diciembre en Lezama, el 23 en Getxo y el 31 en Bilbao.