BILBAO. Los estudiantes que viven de alquiler en Bilbao optan por pisos grandes, de cuatro habitaciones mayoritariamente, ubicados, principalmente, en Deusto y el centro de Bilbao, y pagan por ellos un 20% más que si estuvieran alquilados de manera ordinaria, a familias o particulares.

Son las principales características de los pisos de alquiler dirigidos a estudiantes en Bilbao, según la radiografía elaborada por Arrendamiento 10, un servicio inmobiliario que cuenta con una base de datos de 700 alquileres en Bizkaia. Es, de hecho, el primer estudio de mercado de estas características que se elabora en el territorio.

Así, los estudiantes que llegan a la UPV o la Universidad de Deusto -lo hacen principalmente de Gipuzkoa, Cantabria, La Rioja y Burgos- abonan una media de 275 euros por habitación, aunque los precios oscilan entre los 250 y los 300 euros por habitación, tanto en pisos de tres como de cuatro habitaciones, las más comunes. “Los más baratos no bajan de 250 euros por habitación y los más caros rondan los 300; de ahí para arriba es muy raro encontrar”, explica Igor Godoy, gerente de la firma inmobiliaria, que gestiona también este tipo de alquileres. Apenas hay diferencias, además, entre barrios. “La oferta principal se mueve en esta horquilla, más allá de dónde esté el piso”, concreta Godoy.

Y el hecho de pagar por habitación, y que, generalmente los pisos quedan vacíos en verano, eleva el precio del alquiler en torno a un 20%. Así, por ejemplo, un piso de cuatro habitaciones cuyo alquiler completo para los estudiantes rondaría los 1.100 euros, saldría al mercado ordinario por un precio de 900 euros. “El propietario tiene en cuenta, principalmente, que en verano no va a estar alquilado”, subraya el gerente de Arrendamiento 10.

Además, los estudiantes que se instalan en Bizkaia se decantan principalmente por la capital vizcaína ?localidades como Leioa apenas acogen a un 15% de los estudiantes- y se alojan en pisos de Deusto ?calles Blas de Otero y Avenida Madariaga, sobre todo-, y en calles de Abando y el Ensanche. Del centro de Bilbao, las más solicitadas son Buenos Aires, Ibáñez de Bilbao, Henao y Heros. Además, figuran calles como Barrainkua y Lersundi y las zonas de Zabalburu y San Ignacio, entre las más “estudiantiles”.

La radiografía también demuestra cómo la demanda de este tipo de pisos supera a la oferta, a pesar de que Bilbao no es una ciudad eminentemente estudiantil. “Estos pisos se alquilan muy rápido; hay una oferta escasa, sobre todo en la zonas más demandadas, con lo que los estudiantes los eligen casi de inmediato y, a veces, sin llegar a verlos”, explica Godoy.

Respecto al tipo de piso, las casas dirigidas a estudiantes, en su mayoría, están “trotadas”, provenientes, muchas veces, de herencias o de propietarios que disponen de varias viviendas dirigidas al alquiler. “Son pisos más usados, viejos en algunos casos, aunque cumplen con su función y deben estar preparados para ello”, describe Igor Godoy, gerente de la firma Arrendamiento 10 y director del diagnóstico

PIDEN LAVAVAJILLAS Y PLATO DE DUCHA

De hecho, los estudiantes suelen reclamar algunos requisitos básicos a la hora de elegir piso. Entre sus principales demandas figuran el horno y el lavavajillas, ducha y no bañera y que las habitaciones, además de ser amplias, cuenten con los muebles habituales de escritorio: mesa, estantería y silla cómoda. “Van a pasar mucho tiempo en el piso; no les importa que sea viejo, pero quieren que sea cómodo”, destaca Godoy.

El diagnóstico de Arrendamiento 10 también destierra alguno de los mitos que envuelven a los pisos de estudiantes. Así, las quejas de los vecinos no son tan comunes como se pudiera pensar. “Hay quejas, relacionadas sobre todo con alguna fiesta, pero son pocos casos. Fiestas con mucha gente, como mucho, hacen dos al año”, detalla el gerente de Arrendamiento 10, que gestiona también este tipo de situaciones.

Además, no suelen darse casos de daños materiales. “Es muy raro que generen este tipo de problemas; los estudiantes no van a dejar el piso muy limpio, pero no va más allá de una limpieza general”, detalla. A su favor, que los estudiantes son solventes y no dejan nunca de pagar el alquiler.

Además, al igual que ocurre con los alquileres habituales, los propietarios también deben depositar la fianza en el organismo del Gobierno vasco Bizilagun. Este depósito deberá ser proporcional a los meses que están los estudiantes alquilados, teniendo como base dos meses de alquiler.