Barakaldo - Barakaldo siempre ha sido un pueblo con mucho arte y que ha querido llevar la voz cantante en muchas cuestiones. Todo ello ha sido así gracias al trabajo incansable de colectivos como el Orfeón Baracaldés, un grupo que tiene 111 años de historia que, hasta el próximo 22 de agosto, expondrá en el centro cultural Clara Campoamor en una muestra que “recoge lo que fuimos y lo que somos”, explica José Vellarino, presidente desde marzo de 2015 de la agrupación coral barakaldarra.
El Orfeón Baracaldés es un referente en la vida cultural del municipio fabril y eso se demuestra en historias personales como la del actual presidente. “Soy socio del Orfeón desde 1994 pero en 2000 buscaba un grupo en Barakaldo en el que cantar Santa Águeda y participé con el Orfeón”, explica José. Sin saberlo, sin ni siquiera imaginarlo, en ese instante iba a empezar una larga historia de trabajo por y para el Orfeón. “Después de aquello me pasaron una partitura de una zarzuela que iban a hacer meses después y, al principio, era reacio a participar, pero me convencieron”, rememora José, mientras contempla la exposición en la que se recopilan trajes usados por el grupo en zarzuelas, cuadros con los antiguos presidentes y directores, recuerdos de actuaciones y la joya de la corona: la silla, mesa y máquina de escribir originales del despacho del primer presidente que data de 1905. “Hemos trabajado mucho para esta exposición y, la verdad, es que a la gente le está gustando”, indica José que además de presidente, evidentemente, es uno de los 190 socios que el Orfeón Baracaldés tiene en la actualidad. “Aquí hay mucha gente que trabaja muchísimo y muy bien. Sin nuestros socios sería imposible que el grupo pudiera seguir adelante”, reflexiona José y lo hace poniendo un ejemplo muy claro, visible en la propia exposición que da color y vida al centro cultural Clara Campoamor. Los trajes que lucen los integrantes del grupo en las diversas zarzuelas que escenifican están hechos por varias integrantes del mismo. “Todo esto lleva un trabajo tremendo, los bordados, los detalles de los trajes... La implicación de mucha gente en el Orfeón es muy grande”. Empezando por el propio presidente, quien dedica muchas horas a que todo marche como es debido en esta formación que arrancó en 1905 con nada más y nada menos que 112 orfeonistas.
El Orfeón derrocha talento y creatividad a raudales, pero todo ello ha de ser entrenado. “Ensayamos los lunes, miércoles y jueves, aunque si tenemos alguna actuación en previsión, podemos llegar a ensayar algún día más”, explica José. En los 16 años que lleva en el Orfeón Baracaldés, el actual presidente ha ido acumulando recuerdos. “Quizá, los mejores recuerdos coinciden con los viajes que hemos hecho. Me dejó muy marcado el recibimiento precioso que nos hicieron en Almachar, Málaga”, rememora José.
Seguir con ilusión El pasado de la formación es muy extenso y el futuro es prometedor. “Creo que tenemos un buen futuro por delante, pero tenemos que ser conscientes de que hay que trabajar mucho. Nuestro objetivo es seguir adelante con mucha ilusión y atrayendo a gente nueva”, señala José. De su parte no va a quedar, porque espera ser abuelo el próximo mes de diciembre y tiene muy claro una cosa que hará según nazca su nieto. “En cuanto nazca, tengo muy claro que le voy a hacer socio del Orfeón, ojalá pueda cantar algún día”, desea José, el alma del Orfeón Baracaldés.