La natación sincronizada no es un deporte al uso. En sus exhibiciones hay competitividad, esfuerzo, habilidades físicas? pero también hay arte y espectáculo. La Deportiva Náutica de Portugalete decidió volver a apostar por esta disciplina tras muchos años de ausencia en Bizkaia y lo ha hecho poniendo todo su interés en él. El objetivo no es ser un club más y conformarse con formar el grupo. Su ambición les exige darlo todo, tratar de ser referencia y luchar por competir lo más alto posible. Los primeros pasos confirman el buen hacer de la entidad de Ezkerraldea. Cada vez son más las niñas que deciden zambullirse en el agua para bailar dentro de la piscina y no han tardado en afianzarse en los campeonatos de España. Aunque lograr ese éxito no ha sido sencillo. Detrás de él hay mucho trabajo, duros entrenamientos de las nadadoras y auténticos quebraderos de cabeza de los responsables técnicos para poder repartir las escasas horas de piscina que dispone el club. Sin embargo, la ilusión es máxima y a pesar de que el recinto se les queda pequeño, la sección de natación sincronizada quiere seguir creciendo todavía más.
La Náutica de Portugalete es un club histórico. Desde 1948 trabaja por impulsar la natación en la localidad. Así, hace más de 25 años añadieron la sincronizada a su lista de actividades. Fue un primer paso que no duró mucho, pero que sirvió de antecedente para que actualmente un equipo de nadadoras pueda disfrutar de este deporte en la piscina jarrillera. “Hace casi dos años, había un grupo de niñas que hacían sincronizada y andaban buscando club. La acogida por ambas partes fue muy buena”, recuerda Begoña Rangel, vocal del club y miembro de la directiva. Esto no solo sirvió para que la oferta de deportes aumentara, también convirtió a la Náutica en algo único dentro de Euskadi.
“Somos el único club de Euskadi con las tres secciones: waterpolo, natación y sincronizada. Además, ahora queremos añadir una cuarta más, la de natación adaptada, en la que estamos muy interesados”, afirma Rangel.
Tanta actividad no deja de ser una buena noticia para el club, pero el espacio es limitado. Los deportes se juntan y ninguno puede disfrutar del agua en las mejores condiciones. “El problema de Portugalete es que la piscina no es del club, es municipal y tenemos que compartirla con otras secciones, usuarios, cursillos y con las actividades que ofrece el propio Ayuntamiento”, declara la vocal de la Náutica. Todo esto crea un caos dentro del agua, donde no hay momento para la relajación y los sonidos de los chapoteos se mezclan con gritos y silbidos de los entrenadores.
“Los de natación están con el silbato dando salidas, waterpolo con el balón y sincronizada con la musiquita y el palo metálico que permite a las niñas llevar el ritmo debajo del agua”, explica Bregel, que aun así se siente orgullosa de la vorágine vivida en la piscina: “Es un orgullo ver a la juventud practicando deporte”.
Esta situación obliga a buscar soluciones de última hora, a improvisar maneras de trabajar para poder sacar el máximo rendimiento a los pocos metros de piscina que tienen a su alcance.
Problemas de espacio “El espacio es un gran problema. Nuestras entrenadores inventan y enseñan a las niñas en un espacio pequeño para que luego puedan moverse por toda la piscina. Aunque no siempre están en el agua, también hacen físico”, cuenta Bregel. Es el mayor problema que tienen en la Náutica. Necesitan más lámina de agua para poder seguir creciendo y miran con envidia a las instalaciones exteriores, soñando con una solución que parece no llegar: “El primer paso sería cerrar la piscina de fuera, ya que sin lámina de agua no hacemos nada”.
Otro de los problemas al que se enfrentan en la Náutica es la falta de entrenadores de nivel superior de natación sincronizada, algo que ocurre en todo el Estado ya que son pocos los que deciden decantarse por esta profesión. “Buscamos entrenadores desesperadamente y en ello estamos. El año que viene queremos tener dos, pero es complicado”, afirma Bregel. El club de Ezkerraldea tuvo la suerte de contar con Marta Gómez, exintegrante de la selección de España y que a pesar de su edad cuenta con mucha experiencia en diferentes clubes. “Parte del mérito de esto es de Marta. Al final en Bizkaia no hay tradición de sincronizada y no teníamos entrenadora. Muchas de las niñas ya le conocían y las tenía a todas enganchadas”, declara la directiva. Aunque, lamentablemente, esta exnadadora canaria no seguirá en el club debido a que su buen trabajo en Portugalete no ha tardado en llamar la atención fuera de la localidad.
Gómez no solo ha sido clave en la formación del grupo, también en su desarrollo. Un equipo que gracias a su trabajo ha llegado casi de forma inmediata al Campeonato de España. “La clave ha sido hacer un equipo y luego el apoyo de los padres ha sido fundamental, porque sin eso no vas a ninguna parte”, explica la entrenadora. No obstante, detrás también hay mucho trabajo y sesiones interminables para lograr el objetivo. “Entrenan todos los días entre semana. El entrenamiento consiste en una hora de físico en la que trabajamos todos los aspectos y dos de piscina. Fuera del agua también repasamos la coreografía porque si no sale en seco, no sale dentro tampoco”, apostilla Gómez.
Sus buenos resultados y su tradición han convertido en poco tiempo a la Náutica en una referencia de la sincronizada a nivel de Euskadi. Aun así, sus puertas no están cerradas y animan a los niños a probar este deporte. “Es un deporte de espectáculo y a las niñas les encanta. Además, no todo es balón. Los deportes de agua son muy completos y requiere de los chavales disciplina y esfuerzo. También, como es una modalidad en equipo, no solo se exigen por ellos, también están obligados a hacerlo por el compañero. Todo eso luego se nota en la calle”, afirma Bregel. A pesar de las dificultades de espacio y tener que hacer más de un malabarismo para encajar todo en una piscina que ya se les ha quedado pequeña, la Náutica quiere seguir creciendo en el mundo de la sincronizada y difundir este deporte por todo Bizkaia.