LOS toros y el teatro, viejos oficios dependientes de la inspiración de los hombres, no siempre pagan a fin de mes. Se pasa hambre en ellos. Y en esa suerte de trabajos que se alimentan de esperas -a que llegue la musa, a que suene el teléfono, a que arranque un aplauso, a qué sé yo...- de vez en cuando alguien invita a un gran banquete. Suele coincidir ese dispendio generoso en la alegre hora de los premios. Premios que se anhelan en secreto o que se desprecian de reojo, con un “mira quién lo ha ganado” un punto desdeñoso; premios que se rechazan por pudor o por vanidad y premios que se acogen con inmensa felicidad. De todo hay pero no conviene olvidar que si no eres nadie sin una medalla, con una sigues sin serlo.
Recuerdo haber leído al legendario Bob Hope cuando dijo aquello de que “Bette Davis viene todos los años a esta ceremonia para tomar un café y de paso llevarse un Oscar a casa”. No servían ayer café -o eso creo...- en el hotel Ercilla, a las noctámbulas horas en las que entregaron los premios Ercilla de Teatro y Toros, galardones que ya llevan 32 calendarios a sus espaldas. La ceremonia, a su vez, sirvió para la presentación de The Longue, el nuevo hall del hotel, remodelado con maderas nobles, papel oriental pintado y chimeneas, todo un escenario vestido con clase y gusto.
Clase y gusto, los mismos rasgos de carácter de los ganadores. Así, el hotel se perfumó con ambos ambientes, el teatral y el taurino. Los actores Aitana Sánchez Gijón y Adrián Lastra, ayer ausente, recibieron los Premios Ercilla de Teatro 2015, como los mejores intérpretes de la temporada, mientras que el actor Héctor Alterio (también en falta...) era distinguido con el premio a la trayectoria artística. Las actas del jurado reconocieron, también, a Ylenia Baglietto, Consuelo Trujillo, Patxo Tellería, Concha Busto, Nati Ortiz de Zarate, Ramón Barea y los matadores Diego Urdiales (ayer en Aguascalientes, México y en cuyo nombre acudió su compañera, Marta Tomás), Miguel Abellán y López Simón recogieron distintos galardones.
Semejante corte invocó a gente variopinta como Juan Mari Aburto, Alfonso Gil, Idoia Mendia, Ricacardo Barkala; la familia Martínez Anasagasti, con Agustín Martínez Bueno al frente; María José Gandariasbeitia, Pedro Barea, Guillermina Rodrigo, Javier Reino, Juanjo Alonso, la viceconsejera Itziar Epalza. Itziar Urtasun, José Antonio Nielfa, La Otxoa, José Ignacio Malaina, Andoni Olivares, Ignacio Erice, Germán Barbier, Berta Longas, Rafa Bustamante, Iñaki Eguiliz, Beatriz Marcos, Yolanda Aberasturi, Javier Palacios, el cicerone de la tarde, -acaba de presentar su novela Superficial, tan profunda...-, Javier de Juana, Javier Aresti, José Luís Martínez Bourio, Carmen Acillona, Esther Otero, Leopoldo Sánchez Gil, Matías González, el cineasta Pedro Olea, Quique Santarén, en nombre de DEIA, Nacho Burgos, José Julián Lertxundi, Mikel Martínez, Javier Campuzano, Julio Alegría, Mariapi Alza, Andoni Rekagorri, Vicente González, Oscar del Hoyo y toda una legión de feligreses.