Galdakao - La historia del galdakoztarra Ángel Domínguez es tan vital y sugestiva como algunos de los relatos que durante las tres últimas décadas ha ilustrado. Su labor como dibujante comenzó a ser reconocida profesionalmente en Londres hace un cuarto de siglo y una década después la reina Rania de Jordania le llevó a su país para que ilustrase un homenaje al fallecido rey Hussein. Ahora acaba de publicar con un editor británico una cuidadísima versión con ilustraciones de Alicia a través del espejo, de Lewis Carrol, una obra muy especial con la que cierra un periodo de dos años marcados por un revés a su salud que ya ha superado.

Las ilustraciones de Domínguez nacen de una técnica muy particular de la que solo da pistas. Los avances tecnológicos de las últimas décadas no han modificado su particular sello y las acuarelas siguen siendo sus principales aliadas. “Es una técnica de acuarela extraña, y es secreta. En cierta medida es una evolución de la que utilizaba Arthur Rackhan”, indica.

Sus dotes a la hora de dibujar no pasaron desapercibidas para sus compañeros de aulas y ya desde la adolescencia empezó a decantar su futuro profesional. “Los compañeros me persuadían y empecé a dibujar cómics. Gané algunos premios y me fui animando”, recuerda. Esa habilidad con las manos le sirvió para comenzar a trabajar en el sector de la publicidad en los años 80. El punto de inflexión que terminó de decantar su futuro profesional llegó en 1991. “A mí lo que me gustaba eran los libros y la fantasía. Al final, tratas de ser feliz en lo que te gusta, y llevé un primer libro en uno de mis viajes a Londres. A los ingleses les encantó y me encargaron otro. Leyendas de un ratón victoriano”, indica. Desde entonces no ha parado.

También en las islas británicas le llegó la oportunidad de ilustrar una edición de Alicia en el país de las maravillas en 1996, un proyecto del que incluso se hizo merchandising y que está estrechamente vinculado a su último trabajo: “Casi 20 años después el mismo editor me propuso ilustrar la segunda parte. Los norteamericanos y británicos te miman a la hora de editar, te tratan como a un artista. Me han dado plena libertad y ha quedado una edición muy bonita”.

Esta versión de Lewis Carrol para coleccionistas (editada por Inky Parrot Press) cuenta con un epílogo en el que explica hasta qué punto se ha tratado de una obra especial. “Tuve un derrame cerebral hace dos años y me quedé sin poder dibujar, perdí hasta la visión de un ojo por un tiempo. Ahora estoy recuperado e ilusionado”.

Entre aquella primera obra elaborada en Londres y este último trabajo, la trayectoria de Domínguez ha estado plagada de publicaciones, viajes y vivencias singulares. En casa, ha trabajado para la Diputación, el Gobierno vasco, numerosas editoriales o la Federación de Ikastolas. En el resto del planeta, sus virtudes como ilustrador han sido reconocidas por Rania de Jordania o Geraldine Chaplin. Este mismo año ha podido conocer a su admirado Alan Lee (El Señor de los Anillos), una auténtica referencia que mostró además su aprecio por la labor de Domínguez. Con la ilusión de un recién iniciado, este ya veterano dibujante tiene en perspectiva ilustrar una edición inglesa de El viento de los sauces y cruza los dedos para poder editar una de sus grandes ambiciones: un libro con ilustraciones sobre mitología vasca: “Tengo esa espina clavada, incluso conocí a Aita Barandiaran. Es un tema precioso para ilustrarlo a mi manera”.