Muskiz - La inauguración del primer carrejo homologado para la práctica de las pruebas de arrastre de bueyes en Meatzaldea superó todas las expectativas de la comisión de fiestas del muskiztarra barrio de La Rigada, organizadora del evento, con la presencia de cerca de 500 personas nucleadas en el entorno de la parroquia de la Asunción. “Sin duda ha sido un éxito que refrenda la larga tradición de este barrio en la defensa de los deportes tradicionales”, aseguraba Miguel Martínez, ganadero de la zona e impulsor de esta práctica deportiva popular que lleva varias décadas desarrollándose en este barrio del oeste vizcaino, próximo a la frontera de Cantabria.
“La principal diferencia con el pasado es que ahora que contamos con un carrejo de 28 metros de largo, homologado para la práctica del arrastre de piedra con bueyes, iniciaremos un proceso para que el probadero de La Rigada sea un espacio más a tener en cuenta en las pruebas del calendario de Bizkaia”, aseguraron desde la comisión de fiestas del barrio muskiztarra.
De momento, gracias a una acelerada gestión con la Diputación Foral de Bizkaia, la prueba festiva obtuvo el parabién institucional que se vio refrendado con la presencia en el envite, en el que participaron sendas yuntas de Castro Urdiales y Loiu, de la jueza de la Federación vizcaina de Juegos y Deportes vascos, Aitziber Rodríguez. “En la federación estamos muy satisfechos de que surjan nuevos carrejos donde se siga con la tradición”, reseñaba la jueza federativa en una jornada donde, además del arrastre de piedra con bueyes debidamente acreditados con sus crotales, se pudo ver una exhibición de arrastre de piedra por parte de dos ponys del sondikarra Txomin Agirre que hizo las delicias de los más pequeños.
La prueba-exhibición de arrastre de piedra con bueyes -en la que no estuvo permitida la utilización de aguijones para arrear a los animales- fue seguida con interés por los numerosos asistentes que se deleitaron tanto con el poderío de los bueyes -de entre 1.000 y 1.250 kilos de peso- como por su obediencia al reclamo de sus carreteros.
La prueba, de quince minutos por yunta, se decantó con 34 clavos de parte del ganadero de Loiu, Iñaki Aurrekoetxea frente a los Cotarello. - L. Benito