Plentzia, un cuarto de siglo en piragua
El club de la villa celebró el fin de semana sus bodas de plata con el tradicional ascenso-descenso a la ría
LA ría de Plentzia, fuente de energía para la comarca especialmente en verano, ha vivido un fin de semana de lo más activo. El agua ha estado salpicada por muchísimos colores, por muchísimos piragüistas, tantos como 160. Todos ellos han ayudado al club de piragüismo de la villa de Uribe Kosta a soplar velas, a pedir un deseo, o muchos más, por sus 25 años. Y es que la entidad deportiva acaba de celebrar sus bodas de plata con la organización el pasado sábado del tradicional ascenso-descenso de la ría, que también alcanza un cuarto de siglo, por lo que es la prueba de estas características más veterana de Bizkaia y “una de las de mayor solera de Euskadi”, como indica Andoni Intxaurtieta, presidente de Plentzia Piragua Taldea. Pero no solo eso, el aniversario se redondeó ayer con la disputa de la Copa de Euskadi de kayak de mar en la travesía Plentzia-Billano.
Un total de 25 clubes se sumaron a esta fiesta de las piraguas. “Ha venido gente de toda la cornisa cantábrica y del interior, han estado con nosotros equipos de Euskadi, Cantabria, Navarra, Valladolid, Zaragoza...”, apunta el mandatario plentziarra. Todos ellos han disfrutado del ascenso y descenso de una ría tan encantadora como la de Plentzia en una cita que tiene una particularidad: “Se sale desde la playa. Las piraguas se dejan en la orilla y los palistas se sitúan cincuenta metros por detrás y van corriendo hacia ellas. Después, ya se adentran en el agua”, explica Intxaurtieta.
Este poder de convocatoria y éxito de la prueba demuestran que Plentzia Piragua Taldea tiene músculo, aunque eso sí, a base de remar y remar con mucha fuerza. “Se necesita mucho curro para sacar todo adelante. Practicamos un deporte minoritario y prácticamente no te ayuda nadie”, lamenta el presidente. Actualmente, son cinco las personas que están en la directiva. “Tienes que hacer de todo: papeleos, mantenimiento de las instalaciones...”, apunta Intxaurtieta. Y el número de deportistas llega casi a cien, de los que un cuarto, aproximadamente, compiten. Además, los niños de deporte escolar superan la veintena. Pese a que las aguas están revueltas porque la situación económica ha afectado a todos -las subvenciones municipales al club se han mantenido, pero se han estancado en una misma cantidad durante los últimos ocho años, y algunas ayudas de empresas han desaparecido-, los resultados competitivos positivos reconstituyen el ánimo del club. “Estamos muy contentos. Somos pocos pero muy buenos”, afirma Intxaurtieta entre risas. Pero la cosa va en serio: “Comparando con hace tres o cuatro años, el momento es muy bueno. Y hay que subrayar lo que están consiguiendo los niños del deporte escolar”. Así, Plentzia Piragua Taldea se ha alzado en esta etapa con varios subcampeonatos de Euskadi, un campeonato sub’23 y también numerosos triunfos a nivel vizcaino.
Casi todo fútbol Las prácticas minoritarias tienen que luchar contra viento y marea. El deporte rey arrastra a casi todos los niños que tienen el gusanillo de la competición. En Plentzia, “el 75% se lo lleva el fútbol y el 25% restante nos lo repartimos entre el remo de Arkote, el rugby de Kakarraldo y nosotros”, considera el presidente de la entidad de piragüismo. Intxaurtieta defiende las bondades de un deporte como el que él adora. “Se hace una piña auténtica entre todos. Es un deporte en el que vas tú en tu piragua y peleas contra ti mismo, pero se crea una gran relación con tus compañeros”, destaca el mandatario del club.
Asimismo, Intxaurtieta reconoce que todos los deportes, y el piragüismo también, sufren un bache cuando los niños crecen y llegan a la adolescencia, ya que comienzan a dedicar su tiempo libre a otras opciones. Al acceder a la universidad, el tiempo de ocio disminuye y muchas personas también deciden dejar el deporte. Aun así, Plentzia Piragua Taldea levanta la cabeza. Han transcurrido 25 años desde que un grupo de padres se lanzó a la aventura de crear un club en el municipio plentziarra y hoy, las sonrisas ganan a las tristezas. “Empezamos en Errotabarri en un par de contenedores. Luego, con una subvención de la Diputación se compró una caseta. Poco antes del año 2000, nos trasladamos a la zona donde estamos ahora, donde se encuentra también Arkote. Con el anterior equipo de gobierno habíamos acordado que los niños del deporte escolar fueran al espacio del pádel, porque allí están mejor situados, pero con las elecciones y el cambio en el Ayuntamiento el tema ha quedado paralizado”, señala Intxaurtieta. Toca seguir remando.