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José Luis, un policía de Zalla su lucha abarca el acoso escolar

José Luis Arranz organiza cursos de defensa personal a beneficio de diversas causas solidarias Instructor y policía municipal en Zalla, su lucha abarca el acoso escolar o las enfermedades raras

José Luis, un policía de Zalla su lucha abarca el acoso escolar

Zalla - Las lágrimas de unos padres mientras relataban ante las cámaras de televisión la enfermedad de su hijo, impotentes al no poder costear el tratamiento conmovieron a José Luis Arranz. “Pensé que había que hacer algo, no importa que parezca un grano de arena en una montaña”, rememora este risueño policía municipal e instructor de defensa personal de Zalla. Así que se puso manos a la obra y organizó una clase para recaudar fondos. Después vendrían otras: a favor del Banco de Alimentos, los niños con cáncer o la más reciente, que reunió a más de 150 personas en el frontón de Aranguren para sufragar la investigación del síndrome de Wolf Hirschhorn, que afecta a uno de cada 50.000 niños. También ha puesto en marcha campañas enfocadas a prevenir y visibilizar el acoso escolar y en un futuro le gustaría llevar su labor solidaria a los hospitales.

A quienes sorprenda que se vuelque sin que le afecte en persona les responde que “el abrazo de un padre o un agradecimiento” compensan con creces el esfuerzo logístico que implica organizar estas citas en un municipio como Zalla. No solo hay que conseguir el tatami, coordinar las actividades paralelas para niños o la comida si el curso se prolonga más de lo habitual, sino también planificar el contenido de las clases magistrales de defensa personal. Para ello, cuenta con instructores amigos suyos que se desplazan desde todo el Estado desinteresadamente, siempre dispuestos a colaborar. “Hacemos un trabajo precioso que a veces no se ve. Es maravilloso juntar a gente maravillosa”, celebra. Amigos que “después se contagian y se animan a organizar proyectos benéficos en sus respectivas localidades, en los que yo participo encantado, como uno destinado a ayudar a los damnificados por el terremoto de Nepal”, explica.

La experiencia adquirida en un trabajo a pie de la calle aporta un valor añadido a la hora de ofrecer nociones básicas para zafarse de una agresión a las personas de diferentes edades que se inscriben en los cursos benéficos. “Veo el modus operandi de los agresores y la gente me traslada sus propias experiencias. Intercambiamos impresiones que resultan muy útiles para quien, por desgracia, se enfrenta a una situación de este tipo, indica, conocedor de episodios similares que le han narrado también mujeres que han sufrido malos tratos, robos e intentos de violación. Tampoco está de más tomar precauciones que a priori parecen elementales. Por ejemplo, “saber que el teléfono 112 de emergencias funciona incluso cuando no hay saldo y tocar el portero aunque tengamos llaves porque, así, si tardamos en subir se alarmarán”.

Ni una pelea sin ring Miembro de la Federación Española de lucha, además de entrenador nacional de boxeo, kick boxing, defensa personal, bastón policial y defensa policial, José Luis Arranz comparte sus conocimientos desde hace casi veinte años. “Como tantos otros, empecé de niño con el karate” para terminar especializándose en kick boxing y full contact, “en parte debido a mi trabajo en el ámbito de la seguridad pública”. Ha viajado por todo el mundo como instructor, desde “Estados Unidos, Venezuela, Panamá o Costa Rica” y no descuida la formación asistiendo regularmente a seminarios. En el camino ha forjado multitud de amistades que ahora colaboran gustosas en sus iniciativas solidarias.

Y aún le sobra tiempo para impartir clases dentro del club de kick boxing de Zalla, ha ayudado a recuperar las veladas de boxeo en el municipio durante las fiestas patronales de San Miguel y hace dos años fue uno de los artífices de la presencia del excampeón de Europa, Poli Díaz en Zalla. El potro de Vallecas volvió a ponerse los guantes en presencia de las jóvenes promesas locales.

Con una trayectoria semejante, está orgulloso de combatir los prejuicios contra estas disciplinas. “Aprender defensa personal otorga confianza. Además, puedo decir que en la vida me he peleado fuera del ring”, asegura.