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La larga noche en que la vida se hizo hermosa

La larga noche en que la vida se hizo hermosa

DÓNDE están ahora sus problemas? ¿Olvidados? Ya se lo dije, aquí no hay problemas. Aquí la vida es hermosa. Las mujeres son hermosas. Hasta la orquesta es hermosa.” Habla Joel Grey, el maestro de ceremonias del Kit Kat Club que, a través de los espectáculos presenta la situación de los años 30 con ironía en aquel gran musical, Cabaret, que dirigió Bob Fosse y que consagró a Liza Minnelli. Aquellas palabras encajan como un guante para contarles lo ocurrido ayer en el Teatro Campos, tanto porque el género es afín como porque ese mismo espíritu alegre recorrió todo el teatro, desde la sala Cúpula de la planta sexta al gran escenario central del teatro. Fue, ya lo digo, una larga noche en que la vida se hizo hermosa. Les cuento por qué.

La comedia musical sin palabras ni instrumentos, El experimento ideada y recreada por Prímital Bros, regresó a Bilbao con la vocación de despertar de nuevo un viejo hábito: el de la risa. Sus creadores, Santi Ibarretxe e Iñigo García, junto a Luis Miguel Baladrón y Pedro Herrero aseguran que se trata de la segunda comedia musical a capela de la historia (la primera fue Tutto per Gina, también de Prímital Bros) y definen su trabajo de una manera singular: “un laboratorio demencial, cuatro cobayas humanas, una reacción en cadena de comedia, músicas del mundo y ciencia infusa que dan lugar al asombroso experimento del cuarteto musical Prímital Bros”. Es leerlo y ya te descojonas. Todo ese rocambolesco número se ilustra con la voz en off de la cómica Ana Morgade y la dirección en la sombra de Dani Llull.

Descojonarse Es lo que hicieron quienes ayer se acercaron a la sala Cúpula del Teatro Campos a escucharlo ayer. Entre ellos se encontraban Nahikari Pereda, Sandra Díaz , Héctor Roca, Andrés Gortazar, Cristina Chapa, Peru Gortazar, Lucas Gortazar, Austin Mc Cown, Javier Mendizabal, el dramaturgo David Barbero, Justo Zulaika, Iñaki Olabarria, Ainara Beltrán, Sandra Elorriaga, Idoia Santamaría, Gorka Palacios, Beñat Alonso, Aintzane Urrutikoetxea, Iñigo Zabalza, Ainara Quincoces, Miquel Mas, Nuria Zubieta, Santi Aspiazu, Jagoba de las Heras, Javier Bilbao, Aitziber Garai, Nekane Atutxa, Ander Elosegi y un buen número de gente entregada a ese juego de luces y voces. Esta noche repetirán. Los intérpretes, quiero decir.

Media hora más tarde se encendían las candilejas, esa línea de luces en el proscenio del teatro que invoca a la magia de las tablas. Alumbraba otro espectáculo singular y extraordinario: el show de variedades Mazedonia (Variety night show) que saltó a escena en la sala central del Teatro Campos Elíseos en formato de cabaret, y con un invitado especial: José Antonio Nielfa, La Otxoa, a quien homenajearon a lo largo de todo el espectáculo. No venían de la nada. No en vano, Mazedonia había cosechado una gavilla de aplausos en las funciones quincenales representadas en la Sala Arimaktore. Además de los conductores habituales del show -Aitor Borobia, Leire Orbe, Eneritz García, Sara Barrutia y Braulio Cortés al aparato...-, miembros de Lástima Teatro, el espectáculo contó con la colaboración del mago Altrius y del actor Ander Basaldua, todos ellos en amable compañía musical del grupo Belgravia.

Fue toda una sorpresa y un revolcón a las convenciones, una alegría que compartieron desde el patio de butacas Arkaitz Villar, Mikel Azkargorta, Vanesa Aresa, María Ruiz Aranguren, Silvia Martínez y Elena Arroyo, una claque de cercanía; María Suárez, Adela Hernández, Gaizka Muñoz, Juan Carlos Idigoras, fan confeso de José Antonio, Gontzal Zarate, Almudena Cacho, Pedro Garcés, Ricardo Cereceda, Pilar Sánchez, la concejal Beatriz Marcos, Maite Gordejuela, Nuria Gutiérrez, Joseba Arakistain, Nerea Martín, Idoia Pallarés, Juna Carlos Madariaga, Carlos Rekalde, Mikel Urrutia, José Ramón Mendiguren, María Jose Martínez, quien sigue a La Otxoa desde los viejos tiempos de la Aste Nagusia, Carlos Markaida, Yolanda Gardeazabal Aitor Zapatero, Ginés Olabarria, Gurutze Estancona, y un buen número de gente cercana a Lástima Teatro, una compañía singular que adorna su página web con la leyenda de un clásico que dice “Que es buena la locura que se muestra con talento, pero cuán malo es que al talento lo abandone la cordura”.

Y así fue llenándose la noche de carcajadas y asombros de éstas y otras gentes. Una noche pintada de viejos tiempos, cuando el cabaret y las variedades latían con fuerza en la villa. Hoy ya nada es igual. Hasta el punto de que lo ocurrido ayer en el Teatro Campos fue insólito por novedoso. Algo tan viejo.