Durango - Hay personas que desde la infancia tienen muy claro a lo que quieren dedicar su vida. Es el caso de la donostiarra Marta Larrañaga, quien con apenas cinco años acudió a unas clases que impartió el artista José Antonio Sistiaga en Donostia y no tuvo dudas. “Mis padres me llevaron a un taller que dio Sistiaga donde había que pintar con las manos y el olor a pintura me encantó. Luego con doce años me metí en el estudio de Julián Ugarte porque sabía que quería estudiar Bellas Artes”, explicó la licenciada en Bilbao y profesora de Bachillerato Artístico en el instituto de Durango desde hace una década.
Además de transmitir sus conocimientos al alumnado en las aulas, trabajo con el que disfruta todas las mañanas y alguna tarde, la artista donostiarra lleva veinte años dedicándose al pintado de pañuelos y paraguas. Esta técnica comenzó a modo de prueba, el resultado gustó a la gente y comenzaron los encargos, hasta el punto que hoy en día, y desde hace más de una década, sus obras pueden adquirirse en el Guggenheim y en el Museo Bellas Artes de Bilbao.
Con libertad de presentar lo que quiera en el Guggenheim y con trabajos relacionados con lo que exponen en el Museo Bellas Artes, la artista dedica las tardes a pintar sus obras. Los lienzos: paraguas y pañuelos. En lo que a los primeros se refiere, han sido cientos los que ha pintado a mano, siendo exclusivos y adquiridos en blanco en una empresa de Oñati. En ocasiones, el pintarlos a partir de una exposición dificulta la tarea. “Algunas interpretaciones de obras que tienen en el museo son más complicadas que otras. Recuerdo alguno de Regoyos y un patio andaluz de Sorolla que eran cuadros inmensos y requerían bastante dibujo”, apuntó la artista.
Desde una procesión con capuchones de una exposición de Sorolla, hasta un mundo de chucherías que ha sido el último trabajo y el más dulce realizado por la artista. Su próximo encargo tiene la vista puesta en una exposición de vestidos de Francia que vendrá al Bellas Artes. En lo que a curiosidades se refiere, hace años realizó un paraguas para Ernesto Valverde. El hoy entrenador rojiblanco dirigía al Olympiakos en Grecia y como todavía desconocía su destino, la artista le hizo un paraguas más genérico, con diferentes colores y porterías. También han adquirido paraguas o pañuelos de la artista personalidades conocidas como la reina Leticia, Concha Velasco, Sofía Loren, Diana Ross o Sara Montiel. Aunque cada trabajo es un mundo, el tiempo habitual empleado para el pintado de un paraguas suele ser de una semana aproximadamente. En los pañuelos, que suelen ser de diferentes tamaños, el tiempo que requiere es menor. “Me relaja muchísimo pintar y ya se ha convertido en una necesidad, como para el que hace todos los días deporte. Cuando me pongo se me pasan las horas y no me entero, a pesar de que a veces esté agobiada porque no deja de ser trabajo”, explicó.
El arte hoy Encargada de iniciarles en el mundo del arte, Larrañaga disfruta cada día enseñando y percibe ilusión en el alumnado, aunque lamenta la complicada situación que vive el arte. “Los alumnos son majísimos, gente muy sana y es una gozada dar clase con ellos. En este mundo tienes que buscarte la vida porque aquí nadie te regala nada. El tema está bastante parado, no hay mucha alegría y eso que la gente trabaja mucho en los estudios, pero no hay muchas oportunidades para exponer”, zanjó la artista.