eL municipio de Amorebieta-Etxano ha recuperado parte de su historia, y lo ha hecho gracias a un libro convertido en un nuevo producto cultural. La publicación recoge la crónica social y deportiva, además de anécdotas y otros entretenimientos, de la Amorebieta de hace 55 años.

El libro titulado Sirimiri Zornozano ha visto la luz gracias a que Pedro Juan Arana, y Joseba Zusaeta -vecinos de Zornotza-, tenían guardadas y encuadernadas las publicaciones de la revista que se empezó a escribir en el año 1959 de la mano de la juventud parroquial que existía en aquel momento.

Laka, el pintor de Amorebieta, corroboró la importancia de haber guardado tan celosamente parte de la historia del municipio y, como sabía que a Patxi González Iza le gusta “salsear” en este tipo de cosas, le mostró aquellos originales. Efectivamente, Patxi pensó que una oportunidad así no se podía dejar pasar, y que con sus páginas muy deterioradas y muchos de los textos ilegibles, los distintos números de la revista que se publicaba en Amorebieta merecían ser reeditados. Comenzó así una ardua tarea de recopilación de datos sobre quiénes eran aquellos que firmaban los artículos de la revista, cómo surgió y por qué tres años más tarde dejó de escribirse. Una vez leídos todos los textos de las 264 páginas que componen la colección, Patxi se puso manos a la obra y con la ayuda de Miren Salvador, de Txapó Creativos -que pacientemente, letra a letra, página a página, se ha encargado de reescribir todas las hojas-, la idea se hizo realidad casi dos años después.

Para su publicación se ha contado con la ayuda del Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano, la Diputación Foral de Bizkaia y alguna aportación de empresas privadas que han colaborado con la compra de varios ejemplares. El resto se encuentra a la venta y esperan poder dar salida a los 500 libros publicados, de los cuales 200 ya tienen dueño.

HISTORIAS DE JÓVENES Ya había conocimiento de que esta revista existía. Se publicaba todos los meses y en total 35 números fueron acercando a los zornotzarras la crónica de su pueblo. Los orígenes del Sirimiri Zornozano nos muestran la historia de una juventud parroquial que en el año 59 empieza a despertar la conciencia de que su pueblo no tiene nada. Hay carencias culturales y deportivas entre otras. Esos jóvenes -que hoy tienen entre 70 y 80 años-, tenían entonces entre 15 y 25 años, y quisieron sacar una revista para ser la voz del pueblo. Tras llegar a un acuerdo con Correos, a todos los que estaban fuera de Amorebieta se les mandaba un ejemplar de forma gratuita. Ellos también colaboraban mandando artículos, en su mayoría deportivos de pelotaris que vivían en Miami, donde jugaban a cesta punta.

Patxi ha releído los textos una y otra vez, pues la labor de corrección ha sido también importante. Según nos cuenta, “el objetivo ha sido reproducir la revista tal cual es. Después de reescribir todo a ordenador, pero con un tipo de letra igual al de la máquinas de escribir de antes, la publicación ha quedado más clara y legible que el original. Lo que no se entendía se ha dejado en blanco. Se han corregido faltas de ortografía y sintaxis. Ha supuesto muchas horas de trabajo. El libro cuenta con una introducción y anexos, explicando cómo era aquella época y todos los acontecimientos importantes que se dieron en los años 60. “De los 60 autores que firman los artículos, he podido contactar con ocho. Algunos firmaban con seudónimos y no ha habido manera de saber quiénes eran”.

En el libro también se explica cómo era la Iglesia católica en aquel tiempo. Era la iglesia que protegía a las juventudes parroquiales.

“Sin su ayuda, la revista no habría pasado la censura franquista. Todos los números se tenían que llevar a Bilbao a pasar la censura y si no la pasaba no se publicaba. A partir del numero cinco se empezó a escribir en euskera. No eran periodistas, algunos escribían muy bien, otros de pena, pero todos tenían su sitio. Deportes, chistes, entrevistas, los nombres de todos los nacidos, fallecidos y casados, con nombres y apellidos. En total, unos 800 nombres de zornotzarras quedaron para la historia reflejados en las páginas del Sirimiri Zornozano”, afirma Patxi.

CENSURA franquista Precisamente la censura hizo que la revista cambiara su nombre pasando a ser Irrintzi Zornotzano. Pero la época cambió, la política se empezaba a entrever también entre las líneas de la revista y en el año 1962 la revista dejó de publicarse debido a la censura. Patxi González incide en la labor importantísima de Juan José Arrieta, “el alma mater” de la revista, a quien la edad y la cabeza no le permiten recordar todo lo vivido. “Tenía inquietudes sociales, escribía en todos los números, es un hombre que tiene una historia por detrás increíble. Sus hijos no saben nada y no se ha podido aportar más”, apunta. Aquella asociación de jóvenes consiguió fundar el club de baloncesto que, a día de hoy, sigue adelante como el segundo equipo de Bizkaia y manteniendo su nombre, Zornoza OAR. “También se creó el club de atletismo de la mano de Miguel Bilbao, que es quien fundó lo que ahora conocemos como el Cross de Amorebieta. Y toda la tradición korrikalari que hay en Amorebieta es gracias a esta sociedad y a Miguel Bilbao”.

La revista apenas contaba con dibujos pues la forma de imprimirla era totalmente manual. “La máquina de escribir perforaba el cliché y por ahí pasaba la tinta al papel, donde quedaba impreso. Fallo que se cometía, fallo que se quedaba”, cuenta Patxi. “Los dibujos se hacían con un punzón de manera totalmente artesana. Y no era lo único artesano en el proceso de elaboración”, recuerda. “Los textos, hacían referencia a conflictos que se vivieron en la historia, como aquel que decía: “Existe una vieja costumbre en Amorebieta, de alternar en cuadrilla por las innumerables tascas que, por cierto, abundan más que en otros pueblos, tomando un blanco en un bar y otro blanco en el otro. Eso si es por la mañana porque, si es por la tarde, tinto y más tinto(...) Se bebe vino no porque nos guste, sino por alternar y cambiar impresiones con amigos y conocidos(...) En el transcurso de nuestras fiestas, hubo subida de precio del blanco en algunos bares, porque en otros seguían cobrando 0,80 pesetas”, recoge el texto.

Otra vivencia recogida en las páginas hace referencia a que el cine de Amorebieta no se ventilaba lo suficiente, por lo que sugerían que después de cada sesión, por higiene, todas las puertas de salida permanecieran abiertas hasta que se ventilara lo suficiente. “Algunas en clave de humor, otras un poco más serias, pero todas muy curiosas. Escribía un anónimo bajo el seudónimo de discretísima, que les entristecía el hecho de que en la calle Somera Zornotzana no haya aceras decentes a partir de la panadería, muy necesarias para las cuadrillas de chiquiteros”, relata.

“Y así podríamos seguir contando las crónicas de aquella época que con mayor o menor tino, la juventud se encargaba de escribir para transmitírselo a sus convecinos”.

El precio del libro es de 30 euros en las distintas librerías de Amorebieta. Sin duda, una oportunidad de conocer una época pasada que sacará la sonrisa a más de uno, pues las ocurrencias y los hechos que se relatan no dejan indiferente a nadie.