Arrigorriaga - Los domingos de 15.00 a 20.00 horas y con la cocina de su casa como taller. Es el tiempo y el lugar donde Jose Antonio Iglesias se dedica, desde hace dos décadas, a una de sus grandes aficiones: montar con gran destreza y cuidado maquetas de barcos. Este vecino de Arrigorriaga de 63 años -soldador de profesión y prejubilado- une de esta forma su facilidad para realizar trabajos manuales y su interés y conocimientos sobre el mundo de las embarcaciones “que viene de cuando mi empresa hacía encargos para astilleros como Euskalduna o La Naval”, explica.

A pesar de estos precedentes, su primera toma de contacto con el modelismo naval fue casual. “Hace 20 años, a mi hijo se le ocurrió comprar una maqueta del Juan Sebastián Elcano. El primer domingo me ofrecí a ayudarle, el segundo ya le noté con menos interés y el tercero no apareció así que me dediqué yo a hacerlo. Ahí empezó la cosa”, recuerda.

Desde entonces ha construido una veintena de reproducciones a escala de barcos “antiguos y de época, los modernos no me atraen”, y lo ha hecho con sus propios medios y de manera artesanal. “De algunos he conseguido los planos, otros prácticamente los hago a ojo a través de imágenes que consigo de libros o haciendo yo fotos de embarcaciones que veo en puertos. Siempre se me ha dado bien el dibujo y poco a poco diseño cada parte del barco y los detalles. Soy autodidacta”, asegura.

Otra singularidad de Juan Antonio Iglesias es que “el 95% de los componentes que necesito los hago yo utilizando, sobre todo, madera de haya y de boj, bronce para detalles o hierro para diseñar las anclas y solo el 5% de los elementos los tengo que comprar”. Y siempre que puede utiliza materiales reciclados como los listones de una persiana de madera para dar forma al casco de los barcos, tela de sábanas que intencionadamente mancha con café para realizar velas simulando a viejas, monedas de 50 céntimos para crear hélices e incluso la parte superior de palillos redondos para emular las sujeciones de los remos.

Son solo unos ejemplos de las técnicas e ideas que poco a poco, y a base de pruebas y de experiencia, ha ido depurando para que sus creaciones sean únicas pero, sobre todo, muy realistas “aunque también les doy mi toque personal ya que prácticamente todas tienen algo que las relaciona con Euskadi, ya sea la bandera o sus colores”.

Una docena de esas maquetas se pueden ver desde hoy y hasta el 22 de febrero en la sala de exposiciones de Arrigorriaga. Se trata en concreto de dos traineras, dos barcos pesqueros y ocho veleros, entre ellos el emblemático Ameriketatik, el Muleta Mare Nostrum propio de la pesca de la sardina y la anchoa en el Mediterráneo o sus dos grandes tesoros “el velero más grande del mundo que se empezó a construir en un astillero de Bermeo y el bonitero Gure-Cita”. La muestra se completa con una maqueta dentro de un cántaro de cristal de 16 litros.