"Una persona absolutamente"
El candidato jeltzale entró en política guiado por el compromiso que adquirió con su pueblo, Mundaka
Bilbao - “Una persona normal, absolutamente normal”. Así responde Unai Rementeria cuando le piden que se defina. Pese a su amplio bagaje profesional y político, Rementeria es conocido en Mundaka por ser el hijo de Mari Tere y, sobre todo, el sobrino de Sabina, toda una institución en el municipio costero que regentaba el bar Goikoa, en plena calle Mayor, donde también vendían periódicos y revistas. Encargarse de la venta de esos periódicos durante los veranos y servir cafés fue el primer empleo del actual diputado de Presidencia. “En mi casa no existían las vacaciones de verano; había que trabajar”, evoca.
Inició sus estudios en la ikastola de Bermeo porque en el colegio público de Mundaka la enseñanza solo era en castellano. Confiesa que siempre ha sido un estudiante aplicado a quien de niño le gustaba ver las noticias económicas en televisión. A los 18 años se trasladó a vivir a Bilbao para estudiar en la Universidad de Deusto. El primer año de carrera vivió en el piso de una señora que alquilaba habitaciones y el segundo, en un piso de estudiantes. “Aprendes a limpiar, a hacer la comida y, sobre todo, a respetar. La convivencia es muy dura. En esa época me hice un experto en ensaladas y tortillas”, recuerda.
En la Universidad de Deusto tuvo como profesores a Xabier Arzalluz, José María Lidón, Josu Erkoreka, Juan Churruca, la tía de Antonio Basagoiti o a César González de Heredia, que actualmente es su director de Función Pública en la Diputación Foral de Bizkaia. En clase conoció a Saioa, su mujer, también abogada. Tras terminar la carrera, a la espera de encontrar su primer trabajo, estudió inglés y francés (habla y escribe en castellano, euskera e inglés). También cursó un máster IVAP de Derecho Administrativo, con prácticas en el Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano y otro de Práctica Jurídica en el Colegio de Abogados de Bizkaia. A punto de terminar esas prácticas se presentó al examen para secretario-interventor del Ayuntamiento de Nabarniz y sacó la plaza de funcionario interino con perfil 4 en mayo de 1999.
Su currículum refleja ocho años de experiencia en el sector privado. Rementeria ejerció como letrado de Derecho Administrativo en el bufete Sanz & Saiz Abogados (1999-2002) y después en el bufete Ibarrondo & Lamikiz (2002-2007). “Hubiera tenido un futuro brillante como abogado, pero la vocación política pudo más que la profesión”, opina Fernando Lamikiz, socio fundador de este bufete y jefe de Rementeria durante aquellos años. Entre 1999 y 2007 asesoró a varios ayuntamientos en materia de Urbanismo, Medio Ambiente y Derecho Administrativo. De 2007 a2008 fue letrado del departamento jurídico de la empresa pública Euskal Trenbide Sarea (ETS) y en 2008 de la sociedad pública Bizkailur.
La política entró en sus venas gracias a dos mundakarras: Kepa Ormaetxea, Kepa Baba, y el cura Martintxu, actualmente de misiones en Ecuador. ”Para mí han sido dos referentes porque eran gente que aportaba compromiso por el pueblo sin recibir nada a cambio. A mí la política me gana por el pueblo, por intentar mejorar tu pueblo. He tenido la suerte de pasar por los tres parlamentos de mi país (ayuntamiento, Parlamento Vasco y Juntas Generales) y más no puedo pedir. Su cercanía a las familias de los marineros del atunero Alakrana, secuestrado por piratas en octubre de 2009 durante 47 días frente a la costa de Somalia, fue muy valorada en aquello difíciles momentos.
Su primera experiencia política de verdad llegó en 1999. Ese año integró la candidatura de EAJ-PNV de Mundaka en calidad de independiente (se afilió a la formación jeltzale en 2001). Fue concejal de Urbanismo y teniente alcalde de Mundaka desde 1999 a 2007. Ocupó la alcaldía desde 2007 hasta 2013. Rementeria suele ver amanecer mientras practica running por Mundaka, cuna de la famosa ola izquierda. “No saber hacer surf quizá es una de mis mayores frustraciones. Si llego a nacer diez años más tarde y en vez de trabajar en el bar de la tía poniendo cafés hubiera podido dedicarle más tiempo”, confiesa este apasionado de la mar, a quien le encanta salir a navegar en las embarcaciones de los amigos. La música es otra de sus debilidades. Un plan perfecto para él es estar con su familia, tomar una cerveza, pero sin alcohol con los amigos en el pueblo o ver pelota a mano. “Una persona absolutamente normal”.