BILBAO. Los hermanos Wachowski llegaron en mayo a Bilbao y revolucionaron la ciudad, sobre todo en el entorno del Guggenheim, lugar elegido para el rodaje. Con sus particulares rastas de color rosa y morado, vestida de negro y con gafas de sol, aparecía en el centro de Bilbao la directora Lana Wachowski. Lo hacía junto a su hermano Andy para dirigir en el Zubi-Zuri, en pleno corazón de la capital vizcaina, una escena de treinta segundos para su nueva película Jupiter Ascending. La presencia de los directores de la trilogía de Matrix atrajo, como no podía ser menos, a numerosos curiosos al Campo Volantín, donde el equipo del film había preparado el set de rodaje.

Los directores de Chicago firmaron autógrafos y se acercaron a sus seguidores que les esperaban horas antes en los alrededores del puente que había sido cortado desde las diez de la mañana. Todos ellos pudieron capturar con sus móviles imágenes del equipo trabajando e incluso se fotografiaron con los directores y subieron las instantáneas a sus cuentas personales en las redes sociales, en las que la pasada mañana el evento fue uno de los grandes protagonistas. "Esto es puro espectáculo, un lujo", aseguraban los seguidores de los Wachowski.

Tras la aproximación de los directores a los fans y curiosos agolpados en el paseo bilbaino, Lana fue la encargada de dirigir la escena para su nuevo trabajo que se estrenará en este verano. Proyectada sobre el puente de Calatrava, la grabación duró alrededor de una hora. Los directores utilizaron para ello dos coches eléctricos de la marca Renault Twizy. Una vez colocados, se inició el rodaje mientras un potente ventilador movía papeles de periódico y una cámara grúa grababa la escena.

"El rodaje es increíble. Se graba poco pero bien", aseguró Brais Rodríguez, uno de los técnicos que participaron. "Ellos van suave, lo tienen claro y hasta que no lo tienen no se sigue. Es una gran experiencia ver cómo se trabaja de otro modo con muchos medios", explicó.

La gran expectación del rodaje hizo que hasta alcalde de Bilbao, Ibon Areso, se acercase a saludar a los miembros del equipo de rodaje. El grupo continuó trabajando en puente de La Salve y en toda la zona del Museo Guggenheim.

Los hermanos Wachowski no son los primeros en convertir Bilbao en un plató de cine. Fue Pedro Olea, director bilbaino, quien primero se fijo en el ambiente gris de la ciudad en los años 70, aunque otros directores que rodaron en Bilbao fueron Vicente Aranda, Imanol Uribe, Alex de la Iglesia, y más tarde Borja Cobeaga. Aunque quizá el Bilbao más elegante lo haya protagonizado El mundo nunca es suficiente, de Michael Aptead, en una de las entregas de 007, en la que hizo descolgar a su protagonista de uno de los balcones de Mazarredo. Más tarde le siguió Shivaji, la producción de la factoría Bollywood que tuvo como escenario los alrededores del Museo Guggenheim. Temáticas opuestas que muestran el abanico de posibilidades que ofrece la ciudad de Bilbao.