BILBAO. Un montaje sorprendente, muy cercano, interactivo y divertido en el que el célebre mentalista se vuelve a mostrar como un gran fenómeno del escenario, capaz de dejar boquiabierto al público noche tras noche.
Blake crea un clima intimista y misterioso que envuelve al público, con una música inquietante y una voz muy especial. Una sobria atmósfera que alimenta la fantasía de los espectadores, mientras el mago se desliza por los enigmáticos senderos de sus mentes.