Balmaseda- Tras la simulación de la quema del edificio consistorial en un espectáculo pirotécnico, los vecinos de Balmaseda, incluido el concejal de Cultura, Kepa Intxaurbe, se quitaron ayer los ropajes medievales hasta 2015. La villa ha vivido un fin de semana repleto de actividades para toda la familia en el que, junto a la Semana Santa, es su gran evento cultural del año y tractor del turismo a nivel comarcal. Queda otra cita para este año: la conmemoración de la quema del municipio a manos de las tropas francesas en el siglo XIX:

Calculaban que pasarían por Balmaseda unas 100.000 personas durante el fin de semana. ¿Se han cumplido las previsiones?

-Sí, trabajábamos con esa referencia del año pasado, que fue el más multitudinario, y hemos llegado al mismo nivel, aunque esta feria ha sido atípica en relación a otras.

¿En qué sentido?

-Habitualmente se concentra más gente el domingo y esta vez ha sucedido lo contrario. El sábado se rompieron todos los récords; a las 11.00 horas la Policía Municipal cerró los accesos a Balmaseda porque el pueblo estaba saturado como nunca, mientras que hoy -por ayer- el ambiente ha estado más tranquilo. Puede que hayan influido las previsiones que hablaban de un empeoramiento del tiempo, u otros eventos, como Expovacaciones o el partido del Athletic. A pesar de ello, hablamos de 100.000 personas, lo que demuestra que Balmaseda es un Mercado Medieval que mantiene su fuerza y está arraigado.

¿Cómo han funcionado los nuevos espacios infantiles detrás del Ayuntamiento?

-La respuesta ha sido muy positiva. Además, llevar allí el campamento medieval nos ha permitido mejorar el tránsito por las calles Martín Mendia y Pío Bermejillo. Es vital facilitar las cosas a vecinos y turistas en la medida de lo posible. Si alguien viene, pero no se siente a gusto quizás no vuelva y eso nos puede llevar a morir de éxito. Por eso, apostamos por la cantidad y, sobre todo, por la calidad.

¿Existe margen para ampliar la oferta, dadas las dimensiones del casco histórico?

- Aunque solo ocupamos el 50% del casco, incorporar nuevas zonas es mucho más complicado de lo que parece, porque hay que dejar vías libres por cuestiones de seguridad. Aun así, le damos vueltas continuamente a diferentes ideas que nos aportan los visitantes o los propios mercaderes y artesanos para seguir innovando. A lo largo de 16 ediciones hemos aprendido muchísimo y seguimos haciéndolo.

Y cuentan con el componente añadido de la participación masiva de los vecinos en todos los eventos que se organizan en Balmaseda.

-Es lo que nos distingue. En la representación popular de este año sobre las guerras banderizas intervinieron 450 personas, más que nunca. Minutos antes de empezar, entre bambalinas dentro del Ayuntamiento, las salas estaban colapsadas. Daba gusto verlos a todos vestidos con sus ropajes medievales deseando salir.

En unos meses habrá otra ocasión para demostrar esa implicación.

-Efectivamente, en otoño volveremos a escenificar la quema de Balmaseda por las tropas de Napoleón en 1808 que ya se llevó a cabo en 2008 para conmemorar el bicentenario del incendio. Hablar de turismo es hablar de mover la economía y debemos fomentarlo aunque atravesemos una crisis, ya que ayuda a solucionar muchas situaciones.