XABI Sagarna y Maitane Atxaga son dos vecinos de Areatza atrapados en Nigeria tras comenzar un proceso de adopción que se está convirtiendo en una pesadilla. Tanto es así que, a pesar de llevar en el país africano desde marzo, aún no saben si podrán regresar a casa con la niña que tienen asignada. Todo por un terrible problema burocrático que se resolvería, tal y como aseguran, con unas palabras del Gobierno español a la cónsul de España en Nigeria.

La odisea de esta joven pareja de 27 y 26 años comenzó cuando decidieron adoptar. Lo hicieron como una forma de ser padres ayudando a un pequeño sin familia. Con esta idea eligieron Nigeria por su fama de realizar "procesos transparentes". Tras iniciar el camino, el proceso les llevó hasta el país subsahariano. Allí les estaría esperando el pequeño que tenían asignado. Pero en lo que tardaron en tener todo en regla y recogerlo, el niño sufrió una grave desnutrición y enfermó de malaria.

En esas condiciones, Xabi y Maitane no podían continuar con el proceso de adopción. Pero lejos de regresar de vacío, comenzaron el papeleo para poder sacar a otro niño del orfanato en el que se encuentran los pequeños sin familia; centros que "no están en buenas condiciones y que hacen que cada día sea un mundo en el que le pase algo al niño", explica la pareja.

Comenzaron este segundo proceso desde Nigeria porque, tal y como recoge la ley de adopciones española, es posible tener una segunda asignación en un plazo breve estando la familia en el país. Así, los responsables nigerianos se pusieron "manos a la obra" y en dos semanas tenían todos los documentos de una menor listos para completar el proceso que habían empezado en Bizkaia. Les concedieron una niña de un mes del estado de Lagos. Pero la mala suerte les enseñó de nuevo su rostro cuando más necesitaban que no volviera a aparecer. Durante el proceso, el Gobierno de España cambió "de forma unilateral" las normas de adopción en Nigeria. Lo hizo en base al informe de la nueva cónsul en el país africano, que hablaba de "falsedad documental" en Nigeria, aunque según los afectados -unas 50 familias del Estado- se refería al país en general y no a los procesos de adopción. Estos cambios derivaron en un alargamiento de los procesos, ya que la cónsul se reserva un plazo de entre dos y tres meses para "investigar" la documentación de las familias solicitantes.

"órdenes de arriba" Aunque conoce el caso de la pareja, asegura que no puede dar el visto bueno a la adopción "si no recibe una orden de arriba", cosa que por el momento no ha pasado para desesperación de los arratiarras que ven cómo se les acaba el tiempo y el dinero para tratar de llevarse a la pequeña. Aunque la baja por maternidad corre y los fondos que habían invertido en ser padres se van agotando, la gran preocupación de la pareja es la pequeña, debido a la situación de los orfanatos y a la experiencia horrible que tuvieron con el primer niño, el que iba a convertirse en su hijo. No quieren que les pase lo mismo y aseguran que las autoridades nigerianas están poniendo todo de su parte para que no se vayan del país sin su niña. "Nos dicen que seguro que nos vamos de aquí los tres", se animan.

Por otro lado les advierten de que no pueden pasar meses desde que se asigna un niño hasta que los padres pueden ir a recogerlo. "O se hace más rápido o esos niños se asignarán a otros países", asegura la pareja. Así, no solo la adopción de los vizcainos corre peligro, sino que todas las ilusiones puestas en Nigeria por vecinos del Estado pueden venirse abajo.