VINO Calígula -perdón, su álter ego, el actor José Hervás, en la obra que le ha condecorado como mejor actor de reparto en la trigésima edición de los premios Ercilla de Teatro y Toros...- con una frase de Bertolt Brecht bajo el brazo y la dejó caer para que retumbase con solemnidad. "El teatro es el púlpito más elevado al que puede subirse el hombre moderno", dijo, recordando al dramaturgo alemán. Es el riesgo de las frases redondas, que tienen, como las monedas, su cruz. También fue el poeta de Ausburgo quien aseguró que "si la gente quiere ver solo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño".

Fue, con todo, la nota lírica y culta de la noche de teatro y toros que cada año, desde hace treinta, organiza el hotel Ercilla. Los premios han cogido esa pátina de las viejas ceremonias que tanto aprecian los profesionales. No en vano, Emilio Gutiérrez Caba acudió a recoger su premio a toda una trayectoria artística con orgullo e indisimulada alegría. "Es mi tercera Torre Ercilla. Volveré a buscar la cuarta para hacer una muralla", dijo. ¿Una muralla? De nuevo me acosa el fantasma de tío Bertolt (me permito la licencia de nombrarlo así de tanto citarlo hoy...) que me trae a la memoria una de sus preguntas jactanciosas: "¿A dónde fueron los albañiles la noche que terminaron la Muralla China?".

alfombra roja Por la alfombra roja de la noche desfilaron estos y otros nombre propios. Así, el rey Lear de las tablas vascas, Ramón Barea, recogió la distinción a la mejor labor teatral poco antes de que Daniel Bianco recogiese el premio a la mejor labor teatral vasca por la obra Los enamorados del Teatro Arriaga, con toda la compañía deshaciéndose en gritos de ánimo. Más tarde volvería a subir al estrado para recoger la distinción al mejor espectáculo teatral, Guerra y Paz, del Teatro Nacional de Croacia. A juicio del jurado, compuesto por Juanjo Alonso, Javier Reino, Carlos Bacigalupe, Guillermina Rodrigo, Pedro Barea y María Jesús Gandariasbeitia, la dramaturga Helena Pimenta firmó la mejor creación dramática del pasado año con la revisión de La vida es sueño, mientras que Vicky Peña fue la mejor intérprete femenina. Mireia Aixalà, en su papel en ¿Quien teme a Virginia Wolf? logró la torre que le acredita como mejor intérprete femenina de reparto. A este elenco de gente grande de las tablas se sumó un paseíllo taurino mayúsculo, con Enrique Ponce, Victorino Martín, Juan del Álamo y José Garrido como nombres sobresalientes de los ruedos.

Testigos de cuanto les cuento fueron, además de los citados y de los anfitriones -Agustín Martínez Bueno, Marian Anasagasti y los hijos de ambos, David, Álvaro y Cayetana...-, Gabino Martínez de Arenaza, Ibon Areso, José Luis Sabas, Itziar Urtasun, Pablo Chopera, Juan Manuel Delgado, Matías González, Hipólito Suárez, Pepa Gandarias, Inés Miján, Nere Heppe, Javier Galán, Imanol Elorrieta, Ainhoa García, encargada de ponerle swing a la ceremonia, Óscar del Hoyo, Manu Suárez, en nombre de La Bilbaina, Fernando García Macua, José Julián Lertxundi, Fermín Palomar, Yolanda Aberasturi, Leopoldo Sánchez Gil, Jon Ortuzar, Rafa Bustamante, José Antonio Nielfa, La Otxoa; y una retahíla de nombres propios.