Bilbao

No todo vale. Tenemos la obligación de poner en valor una ética deportiva". Preocupada por los casos de violencia, sobre todo verbal en forma de insultos, que se venían produciendo en los campeonatos de fútbol de deporte escolar, la Diputación tomó la decisión de plantarse ante estas situaciones. Tolerancia cero contra la violencia en el deporte escolar. Para ello creó las tarjetas negras, unas sanciones que conllevan suspensiones, aplazamientos de partidos e incluso cierres de terrenos de juego. Durante los 3.500 partidos de fútbol que se han jugado esta temporada, los árbitros han mostrado tres tarjetas de este tipo. Un porcentaje bajo sobre el total, pero suficiente para que los responsables forales no puedan todavía darse por satisfechos. "El objetivo final de esta iniciativa es que no se saque ninguna tarjeta", recuerdan. Eso sí, han logrado que, al menos, la polémica esté sobre la mesa y cada vez haya más personas que se planten ante insultos y actitudes violentas que no deberían tener lugar en el deporte y, menos aún, en el que practican los más pequeños.

El departamento de Cultura de la Diputación, de la que depende la sección de deporte escolar, llevaba ya algún tiempo preocupado por la violencia "mínima, pero que existe" en el entorno de estos campeonatos. Sobre todo, se trata de una violencia verbal, en forma de insultos y amenazas, que se acentúa según avanzan los cursos. "Según más mayores, en infantiles y cadetes, es donde existe un mayor número de número de casos", explican desde el departamento. La mayoría de los sucesos, además, se producían en partidos de fútbol. "Hablamos de unos porcentajes mínimos, no es una situación generalizada, pero se venían produciendo. Llevábamos tiempo preocupados por ese tema y dando vueltas a cómo podíamos atajarlo", recuerdan.

La respuesta llegó en color negro: una tarjeta de ese color que sancionaría de forma más dura los comportamientos violentos. "Queríamos que fuera una fórmula visible, que tuviera una repercusión", apuntan. La Federación Vizcaina de Fútbol coincidió al 100% con los planteamientos de la Diputación y esta temporada 2013-2014 se incorporaron estas txartelas al reglamento disciplinario que rige los partidos de fútbol del deporte escolar. Se sancionan sobre todo aquellos comportamientos de violencia verbal no solo por parte de los pequeños jugadores, sino también por parte del personal técnico, como entrenadores, o miembros del público.

Desde que con el comienzo del curso se empezaron a jugar los distintos campeonatos, se han tenido que sacar tres tarjetas negras. Dos de ellas contra entrenadores, por insultos contra el árbitro, uno de los cuales quedó inhabilitado para ejercer como tal durante un mes y cinco días. La tercera situación, en la que llegaron a tener que presentarse varios agentes de la Ertzaintza en el terreno de juego, fueron sancionados otras dos personas, también por actitudes poco deportivas hacia el árbitro que guiaba un partido de fútbol.

"Hartazgo Social"

Tres tarjetas negras no es un número elevado, teniendo en cuenta que hasta ahora se ha jugado ya casi la mitad del campeonato, más de 3.500 partidos. "Es un porcentaje de tarjetas mínimo", admiten. Pero, para una iniciativa que quiere erradicar la violencia de los terrenos de juego, no es suficiente. "Solo con que ya hubiera un caso nos preocuparía. El objetivo es no utilizarla. El mayor éxito de esta iniciativa sería que no se hubiera sacado ninguna tarjeta negra", destacan desde el departamento que dirige Josune Ariztondo. Aun y todo, han conseguido que esta polémica se ponga sobre la mesa y cada vez haya más personas que no consienten una palabra salida de tono cuando los más pequeños están jugando al fútbol. "Hay un hartazgo social por estas situaciones", destacan. Aunque es pronto para concluir si las situaciones de violencia han disminuido debido a esta iniciativa, sí que constatan que el debate se ha abierto. "Se habla sobre ello, se cuestionan determinadas actitudes... Y eso ya es un paso. Que alguien diga 'esto no puede ser porque al final nos sacan una tarjeta negra' es ya un avance".

Tal y como lo entiende la Diputación, estas competiciones deportivas deben ser espacios educativos y de crecimiento para los más pequeños; un entorno donde practiquen deporte, aprendan valores, busquen superarse a sí mismos, desarrollen destrezas... En ningún caso un espacio para el insulto y la violencia. Desde el departamento foral exponen la situación con un ejemplo muy gráfico. "Cuando está en clase, a un niño de doce años no se le consiente que insulte a un profesor. A nadie le entra en la cabeza y son actitudes que todo el mundo reprochamos. ¿Por qué ese mismo niño, un sábado a las 11 de la mañana, se le permite insultar a un árbitro? Es el mismo entorno educativo, con un componente deportivo", plantean. "Este tipo de comportamientos no tienen cabida. No es que se peguen; el problema es la permisibilidad social que existe hacia los insultos y la violencia verbal". La Diputación lo tiene claro. "Es una línea en la que no vamos a cejar: tolerancia cero hacia cualquier tipo de violencia en el deporte escolar. Son comportamientos que no son adecuados y mucho menos cuando estamos hablando de niños y niñas".

Esta temporada ha sido la de la implantación de esta iniciativa, que se valorará al final de la temporada. Será entonces cuando puedan valorar, con datos en la mano, en qué medida, cuándo y por parte de quién se produce esta violencia en los terrenos de juego. "Valoraremos hasta qué grado se está dando, en qué tipo de situaciones, si es aislado o está centrado en unos colectivos... Y, a partir de ahí, podremos poner en marcha otro tipo de acciones o protocolos para seguir luchando contra la violencia", explican desde el departamento de Cultura.