El inicio de los trabajos de la variante de Ermua marcará las obras públicas en 2014
La Diputación Foral de Bizkaia licitará en febrero el proyecto que se prolongará hasta el año 2017
Bilbao. El próximo año 2014 pasará a la historia de Ermua como el del comienzo de las obras de la variante viaria que erradicó el tráfico de coches y camiones por el centro de la localidad.
Será el último gran municipio vizcaino en sacar de su casco urbano el tráfico de paso gracias al proyecto que ejecutará la Diputación de Bizkaia. Según las cuentas forales aprobadas el pasado día 20, el departamento de Obras Públicas y Transportes va a destinar un total de diez millones de euros para iniciar unos trabajos que se prolongarán durante tres años más en su primera fase.
Si los planes que manejan los técnicos forales se cumplen y se saca el proyecto a concurso en febrero, las obras de la primera fase de la variante arrancarán el próximo verano.
La redacción del proyecto para sacar los vehículos de las dos carreteras que atraviesan Ermua, la N-634 y BI-3302 no ha sido nada sencillo. El estrecho valle en el que se ubica el municipio fronterizo ha marcado un vial con túneles, puentes y numerosas rotondas. Por ello se ha dividido en dos fases el proyecto constructivo.
La denominada Variante Sur será la primera en ejecutarse y permitirá ya eliminar prácticamente todo el tráfico de paso por el centro de Ermua. Este vial comenzará en la carretera N-634 que proviene de Areitio, a la altura de la fábrica de Metales La Vega donde se va a crear una nueva rotonda de enlace con el nuevo vial. Desde este punto, bautizado ya como glorieta Uretamendi Norte, el trazado cruza hacia el sureste el monte Ureta mediante el túnel de Uretamendi, una galería compuesta por dos tubos de 590 metros de longitud cada uno y conectados mediante dos galerías transversales para su uso en caso de intervenciones de emergencia y socorro.
Marcado por el ferrocarril A su salida en la vaguada del arroyo Beko, se ha dibujado otra glorieta, que sobrevolará en parte la línea ferroviaria existente. Desde esta rotonda, denominada Uretamendi Sur, el trazado discurre en superficie por la vaguada del arroyo Beko en paralelo a la autopista AP-8 hasta conectar con la rotonda de San Lorenzo, que forma parte de la variante de Eibar, ya en territorio de Gipuzkoa.
Este tramo de la variante sur estará muy mediatizado por el trazado ferroviario de Euskotren entre Bilbao y Donostia que discurre en la actualidad por la zona.
El proyecto foral también prevé la futura variante ferroviaria desarrollada en la actualidad a nivel de estudio informativo por Euskal Trenbide Sarea (ETS), puesto que pasa por encima de la plataforma ferroviaria mediante tres estructuras de diferente perfil.
La primera es el enlace del nuevo peaje de Ermua con la AP-8, otras es el paso inferior en la glorieta Uretamendi Sur, y la última el viaducto de Eitzaga para el paso de la variante sobre el ferrocarril.
Cuando acaben las obras de la variante además se eliminará el actual peaje de la AP-8 en San Lorenzo. Será sustituida por una nueva línea de cabinas ubicada entre el arroyo Beko y el trazado de Euskotren y además se construirá un nuevo enlace con la AP-8.
También se acondiciona la propia autopista en dos tramos para ampliar la plataforma y albergar en un futuro el ensanchamiento a tres carriles cuando la circulación obligue a ello.
Complejo diseño Un complejo diseño de ingeniería pública que va a suponer un gran esfuerzo económico. El equipo de gobierno de José Luis Bilbao ya ha contemplado los plazos financieros para los próximos años, una vez que las circunstancias económicas parece que están cambiando y se puede acometer el proyecto prometido en el programa de ejes radiales.
El compromiso garantiza una inversión de 90 millones que arrancará en 2014 con los mencionados 10 millones y continuarán hasta 2017. En concreto se destinará 28, 27 y 25 millones en 2015, 2016 y 2017, respectivamente. Se prevé un plazo de ejecución de la obra de 32 meses por lo que la primera fase de la variante debería estar acabada a lo largo de 2017.
Para la segunda fase de las obras, que los técnicos forales han bautizado como variante oeste, se ha diseñado otra rotonda, la de Urtia, en el entorno del valle de la regata de la que toma el nombre. Desde este punto parten dos nuevos viales; uno constituye el acceso al núcleo urbano de Ermua y el otro conforma el tronco principal de la nueva estructura viaria.
Para la nueva entrada al centro se aprovecha la existencia del pequeño ramal secundario a través del cual hoy en día se establece el acceso a la nave de Urreta y al garbigune a modo de prolongación de la BI-3302. Se pretende reestructurar el trazado de la carretera foral a partir de la mencionada glorieta de forma que, a través de un trazado mucho más virado, se le proporcione un carácter más urbano.
La otra salida de la rotonda de Urtia parte en dirección nordeste por un eje ascendente que a través de la falda oriental del monte Mallumendi llega hasta las inmediaciones del edificio municipal ubicado justo a la entrada al casco de Ermua a través de la BI-3302. En este punto se ha previsto construir una única glorieta intermedia del tronco, bautizada como rotonda de Izarra.
Este punto servirá para fusionar la conexión del tronco de la variante y la carretera nacional N-634, y la futura segunda fase de la variante, a través del denominado viaducto de Urtia. Esta estructura de ancho variable debido al trazado en planta arranca casi perpendicularmente al tronco y, con sus 115 metros de luz y una pendiente ascendente del 5,20%, salva el valle que forman los montes Mallumendi y Uretamendi, sobrevolando la parcela industrial inferior y la propia carretera BI-3302. La conexión con la N-634 se resuelve mediante una nueva rotonda localizada a la entrada al polígono de Zearreko Buelta.
Reactivación económica "La variante de Ermua es uno de los pilares en los que se basa la política foral de intentar reactivar la economía a través de la inversión pública", ha asegurado la diputada foral. Con ese objetivo se mantiene las inversiones en otras infraestructuras viarias. Las más importantes, el túnel de Autzagane, la variante de Bermeo y la autovía Gerediaga-Elorrio, que siguen su desarrollo según los planes previstos.
Las cuentas forales han previsto también 45 millones destinados al mantenimiento y la mejora de la red de carreteras, 4,5 millones más que el año a punto de concluir. Una partida de cuantía que pasa desapercibida pero que permite que la extensa malla viaria del territorio se encuentre operativa cada día.
También se destinan otros 18 millones más para obras que ayuden a mejorar la capacidad y seguridad de la red viaria. En esta última partida se incluye el desdoblamiento entre el enlace de la AP-68 en Arrigorriaga y la conexión con Zaratamo, la mejora de la seguridad vial de la N-240, entre Bedia y Lemoa, o las obras de acondicionamiento y ensanche de la BI-3715 en Galbarriatu.
Finalmente, el presupuesto aparta casi 3,24 millones para asistencias técnicas donde estarían el Plan de Aforos, el organismo de inspección de túneles, las asistencias de servicios medioambientales y del Plan de Lucha contra el Ruido. También se trabaja en la redacción de futuras iniciativas como son la ampliación del túnel de La Avanzada, el de Unbegana-Pozozabale en Mendiondo, proyecto de conexión de la N-637 y la BI-631 enlace de Derio. Además se han apartado 7,69 millones de euros para colocar pantallas antirruido en la N-634 a su paso por Larrabarrena, la variante de la BI-2731, que es la de la UPV de Leioa y la fase 2 del tramo Lemoniz-Maruri-Mungia, entre Asteinza-Maruri.
Asimismo, se ha incluido una partida de 500.000 euros para la construcción de bidegorris y de proyectos varios dentro del Plan Director Ciclable.