Durango
Boletus edulis, russula virescens y russula cyanoxantha, o para ser menos científicos, hongo blanco, gibelurdin y urretxa.
Las citadas son tres de las especies de setas más comunes en Durangaldea, pero no las únicas. Y así quedó demostrado ayer en la plaza del mercado de Durango, lugar en el que se exhibieron más de 200 tipos de setas, todas ellas encontradas en los montes de la zona durante las horas previas. El motivo no fue otro que la celebración de la decimocuarta edición de las jornadas micológicas de la villa, una actividad que la asociación local Errotari organiza cada año en el fin de semana previo al inicio de las fiestas de San Fausto.
Tal cantidad de ejemplares no llegó sola al recinto. Y es que el sábado, alrededor de 60 amantes de la micología madrugaron para disfrutar de su afición, la de acudir al bosque a cargar sus cestas. A eso de las 8.00 horas se dieron cita en Ezkurdi, desde donde partieron en grupos a diferentes puntos del entorno, con el fin de poder mostrar el domingo un amplio abanico de especies. "No había muchas, pero al movilizarse tanta gente recopilamos un buen número", reconoció Plácido Iglesias, presidente de Errotari.
Desde las que se comen hasta las que no, pasando, como no, por las venenosas. "Nuestro objetivo es dar a conocer la micología al público en general", para lo que es necesario "enseñar no solo las que se comen, también las venenosas y las comunes que se pueden encontrar en el bosque", explicó Iglesias. Para informar a las cientos de personas que se pasaron a lo largo de la mañana por la plaza del mercado, se colocaron carteles junto a cada tipo de seta, en los que se detallaba, entre otras cosas, su nombre, tanto común como científico, y una fotografía del ejemplar. "Es importante que la gente compare como se ven en los libros y como son en realidad", apuntaron los organizadores, que prestaron especial atención en la educación micológica de los más pequeños. Mediante juegos y talleres, se les enseñó a identificar diferentes especies, cómo cortarlas y, por encima de todo, se les inculcó el "respeto hacia la naturaleza".
Muchos de los niños que allí acudieron no tardarán en empezar a salir a disfrutar de esta afición, que en la mayoría de los casos les viene por tradición familiar. Y es que el de Durangaldea es un entorno "ideal", puesto que donde hay "bosque y humedad es donde proliferan", manifestaron desde Errotari, cuyos miembros tienen en Urkiola, Gorbea y la zona de Otxandio su paraje habitual. "Las que más abundan son las que no se comen", lamentaron los aficionados al mundo de las setas, que en cuanto a lo comestible, durante este mes de octubre, encuentran sobre todo hongo blanco, gibelurdin y urretxa.
CONCURSO FOTOGRÁFICO Como en anteriores ediciones, las jornadas micológicas de la villa acogieron un concurso fotográfico, al que este año se presentaron casi un centenar de instantáneas llegadas desde diferentes puntos del Estado. Entre todas ellas, resultó ganadora una de las realizadas por Joseba Matabuena, vecino de Zorrotza. "Suelo participar en muchos concursos de este tipo y siempre tengo la esperanza de ganar, pero aún así cuando lo consigues te llevas una gran sorpresa", reconoció quien ya lograra el tercer puesto en el concurso del pasado año. Esta vez, con una foto en la que aparecen varios ejemplares de mycena arcangeliana, se llevó el máximo reconocimiento del jurado y el premio de 250 euros.
Las jornadas micológicas suponen la actividad más multitudinaria de las que llevan a cabo desde Errotari, asociación con más de 400 socios que durante el año, entre otras cosas, organiza cursillos y salidas, y edita libros y revistas. Pero sobre todo, ofrecen el "compartir con otras personas una afición común".