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Cielos atormentados y una bandada de quijotes

Cielos atormentados y una bandada de quijotesPablo Viñas

El dramaturgo francés Julen Renard supo verlo al microscopio: el sabio generaliza; el artista individualiza. Desde esa consideración, dos artistas, Vicky González, Zafra,y Blanca Sarasua, pintora la primera y poeta la segunda, dejaron ayer su huella en el palacio Yhon: obra propia con nombre y apellidos. Los paisajes urbanos de cielos atormentados de Vicky y la revisión poética de El Quijote de Blanca en su poemario Baciyelmo pasearon por el palacio, donde se hizo carne un fantasma para prohibir fotografiar a los presentes sin permisos municipales, quizás porque temían, como los indígenas americanos, que el flash robase el alma de los presentes. He ahí un hombre con celo, empeñado en ese hágase la norma por encima de cualquier sentido, incluso el común.

Más allá de esa anécdota propia de Torquemada, la tarde se vivió con intensidad. No es extraño si se juzga que este singular edificio fue, en su tiempo, el ajetreado y vivo palacio de los Vargas, y posible Bolsa medieval de Contratación de Mercaderes. La vida ha fluido entre esos muros desde hace siglos.

Ayer, ya digo, el arte fue el encargado de cebar con pólvora los cañones de la actividad. A la exposición de la pintora autodidacta y miembro de Agrupación de Acuarelistas Vascos y de la Asociación Artística Vizcaina acudieron, entre otros, Iratxe Ibarreta, María Ángeles Ruiz de Gopegi, Pablo Obra, Javier Olabarria, Mari Carmen Zudaire, Sara Bilbao, Izaskun Bengoetxea, Miren Odriozola, Lander Ortiz, José María Pascual y un buen puñado de artistas vocacionales que se sumaron a la presentación de un trabajo enmarcado en el circuito municipal de Expo-Distrito.

Por las paredes espolvoreadas con los paisajes de Zafra paseó también José Ramón López o, lo que es lo mismo, el poeta Misere Josephe, presidente de la Asociación Artística Vizcaina. Lo hizo camino de los tradicionales martes poéticos de la Asociación, que cumplen ya su 799 edición. ¡Larga vida a la poesía!, gritan cada siete días, por mucho que hace años que se dictó la condena de pena de muerte para la lírica. No hay quien la mate. A la cita, donde se comentó el décimo y último (por ahora...) poemario, Baciyelmo, de Blanca Sarasua, también acudieron Andrea Uria, incrédula ante la prohibición fotográfica, Jesús Vidal, Marino Montero, Octavio Fernández Zotes, Pablo Ipiña, Mari Carmen Pérez, Fernando Zamora, Daniel Ojanguren o Carlos Launaz, entre otros. La obra está prologada por el poeta José Fernández de la Sota y despertó el interés de los presentes, que ven en el Quijote a uno de los suyos, de los que luchan contra molinos.