Bilbao
CARTÓN piedra, ojos azules, durmientes o no, con cejas y pestañas pintadas, boca abierta y alguna con dientes. Así era la muñeca más coqueta de la década de los 40 del pasado siglo, que recuperó su tarde de gloria ayer en el centro de subastas Gran Vía de Bilbao. Y es que alrededor de cien Mariquitas Pérez fueron el centro de las pujas de decenas de asistentes congregados en la cita. La subasta de estas joyas, tan valoradas por unos y tan denostadas por otros, atrajo a decenas de seguidores, tanto de Bizkaia como de fuera del territorio.
Estas muñecas, siempre vestidas de punta en blanco y con cara de porcelana, son muy especiales por esconder hasta un árbol genealógico. Una de las características principales de estos juguetes es la vida que traen consigo. Cada muñeca tiene su propia biografía, con sus padres, sus hermanos y todo lo que pudiera hacer falta para considerarse una verdadera Mariquita Pérez única.
Estos factores, entre otros, han sido la causa de que se hayan convertido, con el transcurso de las décadas, en piezas de coleccionista muy valoradas por un amplio público al que le gusta tener una de las muñecas en un punto estratégico de su casa.
Así lo demostró Jon García, asistente ayer a la subasta, que quería conseguir una Mariquita Pérez ataviada con un conjunto muy especial y con un objetivo sentimental. "He venido a ver si consigo una muñeca con un vestido de manzanas que quería mi mujer, así le doy una sorpresa", comentó poco antes de entrar a la sala de subastas.
El precio de salida de todas las muñecas oscilaba entre los 120 y los 150 euros, aunque muchos fueron los que ofrecieron bastante más para conseguir su preciado trofeo.
Los pujadores tuvieron tiempo de buscar la pieza más atractiva. Además del catálogo en papel, las muñecas han estado expuestas, desde el pasado día 8, en unas vitrinas del centro de subastas Gran Vía. Una muestra que ha sido muy visitada, según indicaron desde la casa de pujas y que ayer tuvo sus últimas miradas poco antes de que comenzara la subasta.
"Me he acercado por curiosear, aunque hay un par de muñecas que me interesan, sobre todo una con un vestido verde y rojo y dos trenzas", explicó María Artetxe, señalando el catálogo.
Variantes de Mariquita Además de la clásica Mariquita Pérez también se encontraban disponibles varios Juanines, entre los que destacaba uno chino, vestido con la ropa clásica oriental y otro bebé de raza negra, el cual atraía las miradas de muchos de los congregados en la sala por sus ojos de color azul intenso y labios rojos que destacaban sobre el color de la piel.
Otra de las variantes expuestas y a la venta eran algunas Giselas, que junto a las Mariquitas Pérez más excepcionales lucían sus elaborados trajes en las diferentes vitrinas existentes para la ocasión.
Como broche final a la sesión de pujas, los asistentes pudieron optar por varios lotes de ropa de diferentes estilos, que iban desde gorros de playa a las pamelas más sofisticadas, pasando por sandalias y abrigos. También fueron subastados lotes de accesorios, entre los que destacó uno compuesto por un botiquín, una guitarra, una manga pastelera y un libro de familia de la emblemática muñeca. Casi todos ellos fueron vendidos. Y así muchas Mariquitas Pérez encontraron un nuevo hogar.