ESTA historia comenzó hace un siglo, cuando su nombre era otro: Escuela de Capataces de Minas y Fábricas Siderúrgicas, aunque bebe de fuentes inmemoriales. No por nada la mina más antigua de la que se tiene constancia arqueológica es Cueva del León, allá en Swazilandia. La mina no es joven, no. El carbono 14 dató su creación hace 43.000 años, un tiempo en el que los hombres del paleolítico excavaban buscando hematites, un mineral que contiene hierro, con el que probablemente producían pigmentos de color ocre. El hombre y la tierra.
No hay que viajar tan atrás. En 1913 echó a andar esta escuela que hoy, conocida con el nombre Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Minas y Obras Públicas, acaba de cumplir cien años. Lo celebró con la presentación del libro Del hierro al titanio, una obra escrita a tres manos por Ana de Luis, Inés Pellón y la asociación Los escribas, ayer representados por José Ramón Sobrón. A la cita acudieron el vicerrector del Campus de Bizkaia de la UPV/EHU, Carmelo Garitaonandia; la teniente de alcalde de Bilbao, Ibone Bengoetxea; la directora de la Escuela, Blanca María Caballero, y el alcalde de Barakaldo, Alfonso García, entre otros. También se sumaron Enrique Amezua, Eloy López, Ángel Elías, Patxi Sainz, José Ignacio González, Néstor Durango, José María Santos, Enrique Aresti, Javier Legorburu, Francisco Javier Asumendi, José María Goitia y un buen número de nostálgicos.