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La parroquia de Artea cede el cementerio al Ayuntamiento

El camposanto ya puede celebrar entierros laicos y de otras confesiones

La parroquia de Artea cede el cementerio al AyuntamientoJ. Jobajuria

Artea. El Ayuntamiento de Artea ha empezado ya a gestionar el cementerio del municipio. Hasta ahora era la Iglesia -por medio de la parroquia del municipio-, la encargada de su funcionamiento y mantenimiento. Tras este cambio, al pasar a manos municipales, el camposanto ya puede celebrar entierros civiles (laicos) y de otras confesiones que no sean la católica; aunque por el momento, no se ha llevado a cabo ninguno.

Para poder empezar a administrar el cementerio, el Consistorio local ha establecido las tasas que cobrará a los familiares de los vecinos que descansen en él. Estas tarifas serán "similares" a las que venía cobrando la iglesia, según el alcalde, Alberto Etxebarria. Así, el sepelio más barato costará 150 euros y el más caro, 250 -precios a los que habrá que sumar el IVA-.

"Seríamos de los pocos pueblos de Bizkaia cuyo cementerio estaba en manos de la parroquia. Durante todos estos años, no hemos tenido la necesidad de construir uno alternativo en el municipio", explica el primer edil. No en vano, la necrópolis de Artea consta de casi 300 nichos y panteones.

No obstante, lejos de convertirse el cementerio en un nuevo foco de ingresos para el municipio ya que hasta ahora los usuarios pagaban a la Iglesia, el primer edil asegura que su gestión no provocará ganancias para el pueblo. "Entre el mantenimiento y el sueldo de la persona encargada quedaremos más o menos en paz", explica.

El convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Iglesia tuvo como propulsor la edad de la mujer que hasta la fecha atendía el cementerio. Ella es Emilia del Barrio, una vecina que pasa de los 80 años y que se ha dedicado de forma voluntaria durante muchos años a controlar el camposanto.

"Recibía llamadas a las cuatro de la mañana de los vecinos a los que se les había muerto algún pariente. Además, velaba por encargar el mantenimiento del camposanto, entre otras muchas tareas que ha cumplido de forma desinteresada", alaba el cura, Jose Mari Kortazar.

Por esta labor de la que se ha podido jubilar tras cientos de noches en vela, el pasado domingo la parroquia le brindó un homenaje tras la misa en el que recibió regalos "y el aplauso de todos".