Gernika-Lumo. Los expertos que en mayo de 2012 tomaron muestras de ADN a más de un centenar de habitantes de Kortezubi, Nabarniz, Gautegiz Arteaga y Ereño para compararlo con unos restos óseos de hace 4.000 años hallados en la cueva de Santimamiñe vuelven mañana a Urdaibai para ofrecer las claves sobre el alcance del estudio genético. La investigación busca determinar si las líneas de parentesco de aquellos tiempos aún perduran entre los vecinos de Busturialdea.
El equipo investigador de la UPV/EHU, liderado por Marian Martínez de Pancorbo, del Grupo de Investigación Biomics Research Group y del Centro de Investigación Lascaray de la universidad pública vasca, que tuvo la ayuda de los arqueólogos de Agiri para iniciar el estudio genético en Busturialdea, participará en una reunión-charla que servirá para "presentar y explicar los resultados del muestreo realizado en Busturialdea el 2 de mayo del pasado de año", señalaron. La cita, abierta tanto a los participantes en la investigación como al resto del público, se llevará a cabo en la sala Elai Alai, a partir de las 19.00 horas de mañana.
Tras varias jornadas tomando muestras de ADN -a través de la saliva, además de completar un cuestionario- de los vecinos de Ereño, Kortezubi, Gautegiz Arteaga y Nabarniz en mayo de 2012, el estudio se encuentra actualmente en una avanzada fase. La base inicial de la investigación sobre los linajes maternos antiguos de Urdaibai, no obstante, son los restos óseos de un homo sapiens hallados en la cueva de Kortezubi. El material genético de este antiguo poblador de la Reserva de la Biosfera pudo ser descifrado tras dos años de trabajo en la UPV/EHU en sus laboratorios de Gasteiz y la Universidad de Estrasburgo, en Francia, y servirá de base para compararlo con el obtenido el pasado año a más de un centenar de vecinos actuales.
Investigaciones similares a las que llevan a cabo los genetistas en Urdaibai también se han llevado a cabo en el valle de Baztan, en Nafarroa. Incluso, Gernika-Lumo también fue objeto de un estudio genético durante los años ochenta, tal y como recordaron los investigadores. Por lo pronto, mañana se podrán ir conociendo algunos de los aspectos más relevantes del caso de Busturialdea, una zona que, según los especialistas, podría haber conservado aún mejor ciertas características genéticas.