Bilbao. La línea de autocar Castro-Bilbao estrena empresa concesionaria, flota de autobuses y precios. Desde ayer, la compañía madrileña Jiménez Dorado se encarga de gestionar esta conexión y, con dicho cambio, el precio del viaje ha bajado 44 céntimos, pasando a costar 2,47 euros, frente a los 2,91 que había que abonar hasta ahora. La entrada de la nueva empresa ha traído consigo varios cambios a los que los viajeros deberán acostumbrarse.
De primeras, el cambio en los autocares ha sido más que evidente. Los antiguos autobuses rojos y blancos han dejado paso a unos modernos Irizar azules y blancos. Además, pensando en aquellos que con más frecuencia utilicen este autobús, la compañía ha lanzado sendos bonos de diez viajes con uno de regalo y de veinte pasajes con dos de regalo, respectivamente. A su oferta especial para pasajeros habituales, Jiménez Dorado ha incorporado una tarjeta monedero en las que si se recargan 15, 30 o 50 euros tendrá diferentes bonificaciones. Mientras tanto, las paradas y las frecuencias de esta línea se mantienen por el momento, ya que la empresa está estudiando la posibilidad de aumentarla a un autobús cada 15 minutos, frente a la media hora de espera actual entre servicio y servicio.
PERIODO DE ADAPTACIÓN Por todo ello, la de ayer era una jornada de adaptación tanto para los chóferes y empleados de Jiménez Dorado como para los viajeros. El sistema de cobro es exactamente igual al de la anterior compañía: los pasajeros han de hacer cola (en sus paradas de Castro y en Termibus) y esperar a que sea el propio chófer quien les cobre. En esa hilera de personas en Termibus se encontraba Isabel, una mujer que utiliza esta línea de autobús "en verano". Ella ya había probado estos nuevos y modernos autocares. "Son muy cómodos, modernos y seguros. Encima el precio del billete ha bajado. Si se coordina bien esta nueva empresa, creo que dará un mejor servicio", opinó esta viajera que ha sido testigo del periodo de adaptación de los empleados. "A la mañana les ha costado un poco, pero es normal, porque es el primer día y no va a salir todo perfecto. Van a necesitar un tiempo para adaptarse a la línea y todo lo que la rodea", concluyó.
No todos los viajeros eran tan optimistas de cara al cambio. Es el caso de Joseba Olano, un hombre que usa el autobús "a diario para ir a trabajar". Él es más cauto de cara a este cambio de empresa en la línea Castro-Bilbao. "Vamos a ver cómo va todo; acaban de empezar y hay que darles tiempo para saber cómo van a hacer las cosas", explicó. Y es que entre algunos usuarios no convencen medidas como la reducción del precio. "A ver si la bajada de precios se consolida y se extiende en el tiempo, para eso hay que esperar", comentó Joseba. "También decían que iban a aumentar las frecuencias y, de momento, hoy, nada de nada, aunque hay que decir que a la mayoría cualquier cambio de este tipo nos produce temor", reflexionó. La misma actitud tomaron Mari y Rafa. "De momento, el cambio es a mejor porque han bajado el precio, pero a ver cuánto tardan en subirlo. No creemos que esperen mucho en hacerlo", argumentaron. Ellos, como otros muchos, usan este transporte para "ir a trabajar", algo que desde ayer les sale un poco más económico.